Ventajas, desventajas y realidades de los ERTE

Al principio de la pandemia del COVID 19, el presidente de la LFP aconsejó a los clubs asociados acogerse a un ERTE. Dentro de su esfera lo hicieron 7 de primera división y 8 de Segunda. Otros, con más sentido común y menor sumisión o necesidad, prefirieron alcanzar acuerdos con sus empleados, futbolistas o no, lo que les permite llevar a cabo operaciones que de otro modo resultarían escandalosas si no antirreglamentarias. Por ejemplo el Almería acaba de pagar 4 millones de euros al Getafe para quedarse con los derechos de Lazo, cedido por el club madrileño al andaluz. Un dispendio semejante con un expediente de regulación de empleo en marcha no sería posible. El Barça sin embargo y pese a su situación, que se adivina caótica, no deja de hablar de fichajes (que si Lautaro, Pjanic o parte de la corte celestial) sin duda pensando en la fecha a partir de la cual se haya terminado el plazo solicitado ante las autoridades laborales.

La AFE, aun presa del susto del regreso a los entrenamientos, clama por la filtración de algunos de los nombres de  sus afiliados infectados. 9 asintomáticos del Atlético de Madrid se unen al de Lodi y ha trascendido también el de Remiro, portero de la Real Sociedad y compañero del mallorquín Miguel Angel Moyá. El sindicato en cuestión considera que dicha información vulnera la Ley Orgánica de Protección de Datos, así que sospechamos que la fase 5, es decir la de después de las decretadas por el Gobierno de Pedro Sánchez, colapsará los Juzgados.

En los antiguos tebeos, eso que ahora se llama cómic, se solían representar los atracos con un asaltante cubierto con antifaz que amenazaba pistola en mano con «la bolsa o la vida», sin insinuar atraco alguno, es evidente que el fútbol como negocio ha optado por «la bolsa». Y, para que se hagan una idea, 41 de los clubs que militan en Segunda B se han acogido a un ERTE, mientras Rubiales intenta montar un quinto grupo para la próxima temporada. Salva la papeleta el Grupo I, con solo cinco expedientados (entre ellos el Atlético Baleares y la Penya de Santa Eularia) donde otros seis son equipos filiales de clubs de Primera o Segunda. Pero en el Grupo II, son trece; en el III, 12 y en el IV, 11. Lo que en terminos de política actual calificaríamos de amplia mayoría o cuando menos suficiente. Reflejo, en cualquier caso, de una ruina económica que va a crecer durante cierto tiempo. Y no muy corto.