Visita propicia
A estas alturas no cabe descubrir lo que NO es el Córdoba. Está mucho más claro lo que es, un equipo en descomposición al que el ex aspirante a comprar el Mallorca, Carlos González, ha dejado hecho unos zorros y lleva años coqueteando con un descenso que, apelando a un milagro, solo podría evitar a costa del Extremadura, hermano de sangre, o el Lugo. Pero para ello tendría que ganar hoy al Mallorca lo que, visto su rendimiento como local no le resultará fácil.
Pero ¡ojo!, sin exceso de confianza porque sin cambiar una coma de lo antedicho, el equipo andaluz es el sexto equipo que más goles marca en su feudo donde si únicamente ha ganado tres partidos se debe a una defensa pésima, la más goleada dentro y fuera de casa. Un problema que hereda su tercer entrenador, Rafa Navarro, un hombre de la casa que intenta con más voluntad que posibilidades, mejorar los números de sus predecesores Sandoval y Curro Torres.
La gripe de Baba no le ha impedido viajar con los diecinueve que se ha llevado Vicente Moreno. Una vez más y además de los habituales Russo, Valcarce y los lesionados Buenacasa y Stoijilkjovic, el sacrificado ha sido Alex López que ha relevado a Abdón en el asiento del ostracismo.
Los empates del Málaga y el Sporting, junto con el del Almería y la derrota del Granada en Los Pajaritos, impulsan la motivación del cuadro balear que, de ganar, se empotraría definitivamente en el grupo de cabeza para pensar incluso en los objetivos más ambiciosos.
Lo peor, el árbitro. El cántabro López Toca es, e mi opinión, de lo peor de segunda división. Lleva dos temporadas en la categoría, aunque al Mallorca no le ha ido mal con él. Pitó en Oviedo en la primera vuelta (1-1) donde se comió un penalty de libro de Gámez a Bárcenas. Las equivocaciones no lo parecen tanto cuando le favorecen a uno. Ojalá tenga que tragarme este párrafo después del partido del Arcángel.