A cada palo, su vela
Partimos de la base de que la culpa de la ruptura de cualquier relación entre dos o más personas no es solamente imputable a una de las partes. El rey Salomón casi corta a un niño por la mitad para descubrir de cuál de los dos vientres que reclamaban su maternidad había salido el bebé. Una solución un poco bestia, la verdad. Este no es el tema.
Tampoco es cuestión de despistar mirando a la luna emitiendo al mismo tiempo un silbido de distracción y eludir los problemas en favor de un mal entendido significado del verbo apoyar que no consiste en ocultar o evadirse de la realidad. Pensar en el partido del domingo en Cádiz sin repasar lo que ha hecho y no ha hecho el Mallorca durante toda la temporada sería una chiquillada. De los errores se aprende aunque no todas las personas lo entiendan. Los egos pesan mucho y tanto futbolistas, como técnicos o directivos los tienen. Pero no volveremos a hablar de las caretas de Abdón y otros dislates.
Pablo Ortells, director de fútbol, ha repartido errores y aciertos. Rajkovic, Darder y Samu entre los segundos, con Larin, o Van der Heyden en el fiel negativo de su balanza. ¿Mala planificación?. En absoluto, hay dos hombres o más por puesto. Mejores y peores, sin duda.
A Javier Aguirre todos le hemos comprado un porcentaje máximo de éxito, sin fracaso. No ha sido así. El sistema puede ser poco vistoso, pero efectivo, sin embargo echar a perder a un profesional como Sergi Darder o tomar decisiones tan controvertidas en perjuicio de chicos del tono de Nastasic o Gio contrarias a su acreditada experiencia en los banquillos, comprometen su credibilidad, porque motivar al elenco es una de sus obligaciones a título colectivo, pero también en el plano individual.
Nos queda la plantilla. De calidad media, pero superior a las del Almería, Granada, Cádiz, Alavés, Celta, Rayo, Las Palmas y Osasuna, tirando por lo bajo. Evitaremos ejemplos directos jugador por jugador para no herir susceptibilidades y discriminar sin criterio previamente acordado. Hay futbolistas en franca decadencia que han sido titulares y otros que han chupado banquillo sin haber acreditado peor rendimiento que los demás.
Falta contabilizar la factura de la Copa, si. Sin embargo para eso si que aguardaremos a que amaine la tormenta de Cádiz, anunciada hasta por el hombre del tiempo, ese que no no aparece en ninguna cadena de televisión.