¿A quién quitamos?

Cuesta creer que un solo jugador pueda cambiar, es decir mejorar significativamente el juego y, como consecuencia, los resultados del un equipo en solo tres meses, que son los que le quedan a la liga. Tampoco es fácil pensar que le han firmado un contrato para que se pase noventa días de vacaciones. Tiene que jugar.

La invasión de Ki Sung-yueng en la nómina de centrocampistas del Mallorca revela en primer lugar que Pedraza tendrá muy difícil volver a alinearse o siquiera continuar en el club, será el primer damnificado. Reforzar la línea media para remover el tridente de ataque que tan bien funcionó en Sevilla ante el Betis tampoco parece a priori una buena medida.

Las características del coreano apuntan directamente a la línea flotación de las posiciones que copan Baba y Salva Sevilla, Dani Rodríguez se nos antoja intocable para Vicente Moreno y quien tampoco tiene muy claro el porvenir es Febas, un futbolista que entusiasmó en Albacete pero pasa algo desapercibido en su debut entre los grandes.

Otra pega reside en el período de adptación que el nuevo fichaje necesita tanto para acoplarse a sus compañeros como a la competitividad de esta primera división. Quedan trece finales y el horno no está para experimentos, sino para actuar con rapidez si es que hubiera solución. Pero estas son algunas de las incógnitas que plantea la presente operación en la demarcación menos controvertida del equipo, al menos hasta el día de hoy.