A tiro de permanencia (0-1 en Balaídos)

Amath tuvo tres ocasiones claras para marcar y acertó en la segunda de ellas, la que bastó para asegurar un triunfo que, matemáticas aparte, casi garantiza la permanencia del Mallorca en primera división a costa de un Celta manso, reiterativo y sin ideas, incapaz de superar la siempre férrea pero esta vez infalible defensa gracias a la cual el portero Rajkovic vivió una noche sin sustos, ni agobios a excepción de un tiro de Tapia desde fuera del área que encontró el travesaño.

ALINEACIONES:

R.C. Celta.- Villar (1), H.Mallo (0), Aidoo (1), Nuñez (1), J.Galán (1), Beltrán (1), De la Torre (0), M.Rodríguez (0), Gabri Veiga (0), Aspas (0) y Seferovic (0).

Tras el descanso, C.Pérez (1) y Paciencia (0) por M. Rodríguez y Seferovic. Minuto 63, Cervi (1) y Larsen (0) por J.Galán y Gabri Veiga. Minuto 75, Tapia (1) por De la Torre.

R.Mallorca.- Rajkovic (1), A.Sánchez (1), Valjent (2), Raillo (2), Dennis (1), Maffeo (1), Galarreta (2), Morlanes (1), Amath (2), Kang-in Lee (2) y Muriqi (1).

Minuto 71, Baba (1) por Morlanes. Minuto 80, Kadewere (-) por A.Sánchez.

ARBITRO:

Ortiz Arias (2), de Madrid. Ni se descompuso, ni cometió errores graves. Castigó 15 veces al Mallorca y 10 al Celta. Amonestó a Morlanes y dos veces a Hugo Mallo, justamente expulsado en el minuto 92.

GOL:

Minuto 20, Galarreta alcanza un balón que se perdía por la línea de fondo, lo bombea sobre el área, Nuñez despeja corto y Raillo toca de cabeza hacia el área pequeña, donde llega Amath libre de marca y fusila desde cerca. 0-1

30.557 espectadores

RACHAS ROTAS

El Mallorca acabó con su maldición lejos de Son Moix con un once aparentemente diezmado en el que el sistema y la entrega innegociable están por encima de los jugadores, una disciplina que el Celta pagó con la derrota después de haber permanecido siete jornadas sin conocerla.

La lesión de Gio antes de empezar limitaba las opciones de Javier Aguirre que sigue, inmutable, a lo suyo. Con Maffeo desplazado a la izquierda, confió el otro lateral a Antonio Sánchez, lo mismo que nada menos que a Amath cuando el primer fue sustituido a diez minutos de los noventa. Se permitió el lujo de dejar la banda libre para un lateral que sube mucho para centrar, aunque no siempre bien. Encontró el semáforo en rojo igual que el resto de sus compañeros, excesivamente empeñados en tocar sin hallar espacios entre las líneas bermellonas, ni superar la presión a la que fueron sometidos.

Pertrechado, más bien amurallado, atrás, el plan del mejicano daba sus frutos en base a la velocidad de salida de Kang-in Lee y el cambio de posición de Amath, más pegado a la espalda de Muriqi e incluso a su lado para aprovechar, como así lo hizo, los movimientos del kosovar para atraer a los centrales del anfitrión. Al cuarto de hora ya pudo abrir el marcador y a los 37 minutos espaciarlo más de no haber cruzado excesivamente sendos remates solo ante la salida de Villar.

A fuerza de voluntad y cambios, Carvalhal, técnico local, mandó a los suyos al asalto. Tuvo que relevar a Veiga, estrella prematura, igual que a Miguel Rodríguez, héroe por un día en Sevilla y probó con todos sus delanteros disponibles sin que ni ellos, ni sus compañeros, lograran comunicar con Aspas, desaparecido en su combate con Raillo. Con sus artilleros controlados y sin munición con la que disparar, el muro balear resistió sin apenas daño más allá del que pudo causar un tiro del peruano Renato Tapia desde la frontal aunque, ¡ojo!, el primero que intentaba su equipo y corría ya el minuto 81.

Cada cual lucha con las armas que tiene y las del Mallorca, aunque conocidas, todavía ofrecen un buen servicio.