A tres bandas

El actual dominio de los equipos insulares en el grupo I de Segunda B nos retrotrae a la época en que Mallorca, Atlético Baleares, Constancia y Poblense se enfrentaron en la misma categoría. Bueno, de hecho fue en la temporada 1979-80 en que todos coincidieron en la tercera división y se produjo una tensa rivalidad entre bermellones y blau grana al punto de que el Lluis Sitjar se llenó a rebosar cuando ambos se enfrentaron en Palma en el primer partido de la segunda vuelta. En el partido inaugural del campeonato los puntos se habían quedado en Sa Pobla, pero en la vuelta lo hicieron en Palma. Tal fue la diferencia que el tercer clasificado, el Margaritense, se quedó a 15 puntos del subcampeón y a 17 del líder. Los de Inca se clasificaron en cuarta posición, aun a mayor distancia y el Atlético Baleares, que arrancó un empateen casa del campeón en el penúltimo partido del campeonato, realizó una discreta campaña y se tuvo que conformar con la décimo tercera plaza.

Bueno, batallitas aparte, le lucha que mantienen los dos equipos ibicencos con el anfitrión del Estadio Balear es uno de los grandes alicientes de esta categoría infame. Algunos aseguran que compiten en el cuadrante más débil entre los cuatro de la mal llamada división de bronce. En mi opinión no llega ni a latón, pero no quiero ofender a nadie ni restar mérito alguno al buen comienzo de liga que llevan a cabo. Todo lo contrario. Me parece significativo que los tres se hayan posicionado entre las cuatro primeras plazas de la tabla y espero que las mantengan el mayor tiempo posible. Los enfrentamientos de rivalidad que se avecinan cobran el máximo interés y, de alguna manera, devuelven a la afición el interés del que carece esta liga por si misma. Estamos, eso si, en pleno examen parcial. A ver cómo llegan al final, que ya se sabe no es nada fácil, pero Atlétic, Ibiza y Sta.Eularia dignifican el balompié balear.