Acordado y bendecido (3-0 en Arabia)

La Real Federación Española de Fútbol, la Liga de Fútbol Profesional y el país anfitrión,  ya tienen lo que querían. Cómo es lo de menos. Real Madrid y Barça jugarán la final de la Supercopa de Arabia Saudí. Un gol después de tres rechaces tras más de una hora de partido, otro de Valjent en propia puerta y el último de Rodrygo, ambos en tiempo de prolongación, colocan a los de Ancelotti donde debían y a los de Arrasate donde les dijeron.

ALINEACIONES:

R.Madrid.- Courtois (-), Lucas (1), Tchouameny (1), Rudiger (1), Mendy (1), Valverde (1), Kamavinga (1), Bellingham (2), Rodrygo (1), Mbappe (1) y Vinicius (1).

Minuto 54, Asencio (1) por Tchouameny, lesionado. Minuto 80, Ceballos (-) por Valverde y Minuto 87, Brahim por Vinicius.

R.Mallorca.- Greif (2), Maffeo (1), Valjent (2), Raillo (1), Mojica (2), Mascarell (1), Morlanes (2), Dani Rodríguez (1), Sergi Darder (0), Larin (0) y Muriqi (1).

Minuto 33, Copete (2) por Raillo, lesionado. Minuto 70, Asano (1) por Larin, R.Navarro (1) por Sergi Darder y Samu (1) por Morlanes. Minuto 80, Abdón (-) por Dani Rodríguez.

ARBITRO:

De Burgos Bengoetxea (1), condujo con mano izquierda y sin tarjetas la batalla Maffeo-Vinicius, no cometió errores de bulto aunque en caso de duda siempre resolvió en valor del equipo grande, sin la menor influencia en el marcador. Amonestó a Bellingham y Kamavinga por cortar sendos contraataques. Castigó con 13 faltas al Mallorca y 9 al Real Madrid.

GOLES:

Minuto 62, Sergi Darder pierde un balón en línea de tres cuartos, el Madrid sale con rapidez, Rodrygo envía al punto de penalti donde Mbappe remata al poste, luego rechaza Greif y, finalmente Bellingham, cuela el balón por abaja entre un bosque de piernas. 1-0

Minuto 92, Valjent en propia puerta al intentar atajar un pase sobre Mbappe, que esta a su espalda. 2-0

Minuto 95, balón largo de Lucas por detrás de Valjent, que Rodrygo fusila sin parar y muy cerca de Greif. 3-0

El Real Madrid lanzó 7 corners, por 1 el Mallorca.

CONTRA NATURA

La ilusión es uno de los alimentos básicos, sino el único, que mantiene el fútbol con vida. La decepción llega cuando ya se ha digerido el trago. Y esa nebulosa fe mantenían los jugadores, técnicos, aficionados y socios del Mallorca con la esperanza de que sus armas y disciplina defensiva iban a contrarrestar la evidente superioridad técnica de su rival.

Apenas puesto el balón en juego Mbappe ya había remitido un par de telegramas al apartado de correos de Greif y a los 5 minutos Vinicius ya se dirigía al árbitro sin ser capitán, ni educado. ¿Para qué mostrar tarjetas, -pensaría el árbitro-, si luego se las van a quitar. El señorío fue distintivo del club que presidió Santiago Bernabeu, ahora reina la mala educación que, al parecer, ya tiene sucedáneo del joven brasileño, un tal Asencio que salió a pelearse con alguien, al margen del poco trabajo que le dieron.

Esta es la realidad. El Mallorca dio la cara, esto no es discutible como tampoco que en estos casos te la suelen partir, pero nada más. Su buen hacer defensivo se diluyó en un marcador tardío y algo excesivo, pero Courtois pudo haber visto el partido sentado junto a uno de los palos de su portería. La manta que cubría la cabeza de la víctima, dejaba al descubierto la desnudez de sus pies, contratiempos a un lado. A la media hora Raillo tenía que abandonar la partida y, aun peor, Sergi Darder estaba en el campo sin participar en ella. Las opciones de pillar por sorpresa al verdugo se limitaban a la creatividad de Morlanes, de mente perezosa, y la voluntad de Dani Rodriguez, salvo alguna escaramuza de Mojica, que Larin no supo rematar ni entre los tres palos.

Cada individuo puede contentarse con lo que desee. El finalista, aun sin asombrar a nadie, es y fue mejor, pisó casi todo el tiempo terreno balear y, en todo caso, podía haber mejorado la definición, un arte que los de rojo no tuvieron siquiera la ocasión de intentar.

El temporal de la Copa del Rey y la Supercopa de Arabia, ha amainado y la próximo temporada pasará lejos de las Baleares. Encantados de haber estado ahí. Ha sido una fiesta. Pero volvamos a la realidad que la liga va en serio y su camino es largo y árduo.