Además del VAR
El VAR no arregla todos los problemas del fútbol, pero es una ayuda evidente de la que, por ahora, se aparta a los equipos de segunda división. Por lo visto aun hay clases. Sin embargo no es lo único que la Federación Española y la Liga Profesional han debido aprender del Mundial de Rusia todavía reciente. Queda un largo camino por recorrer.
El Comité de Arbitros que ahora preside el madrileño Velasco Carballo tendría que encarecer a sus integrantes el máximo cuidado en relación a la actitud de los recoge pelotas, veloces cuando el equipo local pierde y muy lentos si gana, por no recordar la actitud de los internacionales que pitaron en Rusia en cada una de las sustituciones al acompañar al jugador sustituido hasta la banda para no perder tiempo en los relevos. ¿Por qué no se hace?. La verdad es que la medida solamente exige un poco de diligencia y en lugar de discutir si cabe prolongar tres o más minutos cada período, se ahorraría mucha picaresca y bastantes segundos.
El VAR no es infalible porque, además, exige la interpretación de quien lo analiza. No hace mucho en un Real Madrid-Atlético una mano clamorosa de Casemiro que el encargado del vídeo no transmitió al árbitro porque consideró que el jugador tenía el brazo abajo. Dejémoslo así. Pero ¿por qué no mandó al señor Martínez Munuera a la pantalla entre banquillos para que lo dicidiera él?.
Bueno, son ideas bastante más necesarias que el hecho de levantar el banderín para señalar fuera de juego solo cuando el jugador en posición antireglamentaria toca el balón. No hacen más que liarse ellos y confundir al espectador. Pero seguro que tienen sus razones.