Alfonso el parlanchín
El CEO del Mallorca, Alfonso Diaz, según la propiedad director financiero a la par y con el mismo rango que el director de fútbol, Pablo Ortells, no goza de mucha simpatía entre los aficionados del Mallorca. La popularidad, como casi todo en la vida, también hay que ganársela, no se regala.
En la presentación del mini Trofeo Ciudad de Palma, reducido como otras citas veraniegas, a un solo partido ante un rival que no resulte caro, pues ha llegado a disputarse con el Levante o el Getafe, si no recuerdo mal, se ha atrevido a responder sobre la campaña de fichajes en curso con un «la plantilla está prácticamente cerrada», además de concluir que «hemos hecho lo que había que hacer este verano», preguntas que debería contestar el responsable del área deportiva.
No es la primera vez que el personaje en cuestión interfiere en asuntos que exceden su ámbito profesional. Javier Aguirre o el mismo Toni Amor, podrían atestiguar las charlas técnicas que se permitía intercambiar con el entrenador mexicano. No es menos cierto que el presidente, ausente en cuerpo y alma salvo concesiones extraordinarias, renuncia a ejercer funciones de representación ajenas al Consejo de Administración lo cual, de otro lado, no significa que el señor Díaz se las asigne como propias.
Daremos las respuestas de esta mañana como fruto de la improvisación del momento ya que, de responder a la realidad, son para echarse a temblar. El silencio de Ortells, también. Si este es el vestuario con el que a Arrasate se le exige clasificar al equipo entre los diez primeros, le han engañado o se ha dejado engatusar. Y lo que se está haciendo este verano, aparte de vender al mejor portero y uno de los defensas más destacados, lo dirán los resultados y, a tenor de ellos, el público.