Ambición contra conformismo
Ayer debutaron dos entrenadores en segunda división A: Mosquera en el banquillo del Extremadura y Rafa Navarro en el del Córdoba. Ambos equipos en peligro real de descenso a Segunda B. Por el contrario, Paco Herrera dejaba anoche de entrenar a Las Palmas, clasificado cómodamente a doce puntos del play off y once por encima del décimo noveno. Le ha sustituido Pepe Mel.
Conviene traer el asunto a colación por lo que al equipo canario se refiere ya que, después de haber cesado ya a Manolo Jiménez, la decisión revela el inconformismo reinante en Gran Canaria y la exigencia de no pasarse la temporada sin aspirar a metas más ambiciosas que la permanencia en contraste con el discurso permanente que sale de los despachos de Son Moix al dar cumplido el simple deber de sostenerse en la categoría.
Hubo tiempos mejores. Que le pregunten a Miquel Contestí, que tuvo que acometer algún cese si el equipo no iba clasificado en posiciones de ascenso, por aquel entonces las tres primeras. Ahora todo vale con la excusa de haber subido esta temporada cuando lo realmente grave fue bajar la anterior. Ahora mismo admiro la actitud de los dirigentes canarios pese a las dificultades extremas de conseguir lo que pretenden y lamento la condescendencia de los ejecutivos, técnicos y jugadores mallorquinistas.
Para eludir los cuatro últimos puestos el empate del domingo ante el Elche va que se mata, pero para luchar por los seis primeros no tanto. Aunque queda tiempo para intentarlo.