Amurallados (0-0 en el Sánchez Pizjoán)

El Mallorca, que tuvo la ocasión de ganar el partido en las botas de Maffeo en el minuto 94, regresa de Sevilla con un solo punto como balance de un planteamiento ultradefensivo con el que neutralizó todo el potencial ofensivo de los locales si bien dos providenciales intervenciones de Reina a los pies de Marcial y a un cabezazo de En Nesyri evitaron una derrota letal de cara a sus aspiraciones de permanencia.

ALINEACIONES:

Sevilla C.F.- Bono (1), Navas (1), Diego Carlos (1), Koundé (1), Acuña (2), Gudelj (2), Jordan (1), Lamela (0), Papu Gómez (2), Tecatito (0) y Rafa Mir (0).

Minuto 54, Delaney (1) por Jordan y En Nesyri (1) por Rafa Mir. Minuto 66, Ocampos (1) por Navas y Marcial (0) por Lamela. Minuto 79, Rakitik (-) por Gudelj.

R.Mallorca.- Reina (3), Maffeo (1), Valjent (1), Raillo (1), Oliván, (1), J.Costa (1), Battaglia (1), Salva Sevilla (1), A. Sánchez (1), Angel (1) y Muriqi (3).

Minuto 73, Dani Rodríguez (1) por Salva Sevilla y Kubo (1) por Angel. Minuto 86, Russo (-) por J.Costa y Grenier (-) por A. Sánchez. Minuto 96, Gio (-) por Maffeo.

ARBITRO:

Hernández Hernández (2), de Lanzarote. A su buena actuación le sobraron muchas tarjetas. Las mostró a Acuña, Gudelj, Jordan y Lamela, del Sevilla y a Raillo, Maffeo, Oliván, Salva Sevilla, A.Sánchez y Kubo, del Mallorca. Por lo demás, ningún reproche. También exhibió una roja a un integrante del banquillo sevillista.

¡VIVEN!

Decía Luis Aragonés que un empate no sirve para nada. Habrá que esperar para saberlo. Lo cierto es que, más allá de que el gol rondara la meta defendida por Bono en un remate de cabeza de Muriqi y, sobre todo, en un balón que el albanés, delantero de oficio y el mejor defensa a un tiempo, regaló a Maffeo que, solo, se entretuvo en un regate innecesario, la verdad, digo, es que Javier Aguirre planteó el lance para sacar un punto, en definitiva un parche que se debe validar mediante resultados de terceros.

En pura hipótesis plantó a cinco defensas, con Oliván esta vez de central y no Russo, tres centrocampistas, uno de ellos Battaglia de corte meramente destructivo, y dos delanteros, Angel y el mencionado Muriqi que trabajaron más en la retaguardia que en el contraataque. Salvo alguna salida esporádica y sin peligro, eran diez rojillos por detrás del balón a la espera de un anfitrión lento y falto de ideas que, poco valiente también, sacrificó a a uno de sus hombres, Gudelj para cercenar el recurso balear de buscar la cabeza de su esforzado delantero centro.

El mejicano se salió con la suya, si. Cuando Lopetegui buscó reacción con la entrada de Ocampos y En Nesyri, era un poco tarde para los suyos que, a base de insistencia, pusieron cerco al área visitante con la única esperanza de topar con un balón perdido, rebotado o un penalti de VAR para batir a un Reina excepcional cuando se le necesitó, orden defensivo o, más bien, patada a seguir y sin contemplaciones aparte.

Y no, no ha sido un buen partido. De nadie. Un frontón en el que los pelotaris fueron incapaces de bolear sobre una pared que no se agrietó ni derrumbó. Síntoma de desesperación de un equipo que se reconoce inferior. Un punto cuya utilidad está por ver pero mantiene al enfermo con vida.