Asambleas y movidas

A medida que se aproximan las últimas semanas de cada año, las empresas aceleran la presentación de sus balances ante sus miembros. Las futbolísticas no constituyen excepción alguna.

El Mallorca ha convocado Junta General Ordinaria de sus accionistas. Será el 20 de diciembre a las 12,00, las 4 de la madrugada en Phoenix (Arizona), por lo que parece exagerado que los colegas de Andy Kohlberg tengan que levantarse a esa hora para una reunión por vídeo conferencia. A lo mejor es que todos delegarán en el presidente o que éste, en un rasgo de generosidad, les invite a pasar la Navidad en Palma. Minucias.

Florentino Pérez ha citado a los suyos este mismo domingo aprovechando que el equipo de Ancelotti juega sin salir de casa, en Leganés. Le pegaría más en La Moraleja, pero a tanto aun no han llegado. Lo del Real Madrid no es junta, sino asamblea. No sé si en el orden del día, pero en el discurso se prevén «coñas» a la FIFA, críticas a la UEFA, ardorosa defensa de la Superliga, a la que Laporta asiste como convidado de piedra, y, por supuesto, la sempiterna defensa de Vinicius, que falló un penalti con Brasil ante Venezuela -el portero era racista- y no le dieron el «Balón de Oro», lo que obligó al presidente a abortar el viaje de la comparsa a París. Como si no lo supiéramos. Sin embargo lo importante vendrá cuando el señor Pérez exponga un plan para convertir a los noventa y tantos mil socios del club, los abonados son algunos menos, en accionistas. «Para preservar el patrimonio de la entidad», aseguran las notas marginales. Para mi que, sea cual sea la fórmula a adoptar, eso huele a sociedad anónima. ¿O no?.

Al día siguiente, el lunes, tocan a rebato en Las Rozas. Se constituye la Asamblea de la Real Federación Española de Fútbol de la que tiene que salir el sustituto del segundo rubialista de la promoción, el de momento inhabilitado Pedro Rocha a la espera de un último y desesperado recurso. Los presidentes de las Territoriales, excepto Horrach, el de Baleares, por cuya boca habla Pep Sansó, se conjuran y traicionan a la vez para que el llamado a llenar el más que probable sillón que deja el extremeño quien entró en el Juzgado como testigo y salió como investigado, salga de entre ellos mismos. Coto cerrado a cualquiera que no prometa o jure mantener el espíritu del jefe, esté en Granada o en la República Dominicana.

No se lo pierdan, algunos de los postulantes también tiene algún asuntillo pendiente en los Tribunales. ¡Frenos, ¿»pa qué os quiero»?!.