Uso y abuso de clubs y futbolistas

Nuestro viejo conocido Maheta Molango, ahora líder de la PFA, el sindicato de los futbolistas profesionales ingleses, ha sido ponente en un foro donde se ha debatido la necesidad de rebajar la cantidad de partidos a la que los jugadores se ven obligados cada año en detrimento de su rendimiento en el terreno de juego y la calidad del espectáculo ofrecido.

Entre la UEFA y la FIFA, sin entrar las restantes federaciones continentales, organizan nada menos que el Mundial de Selecciones, el de clubs, el Mundialito de unas y de otros, la inminente Eurocopa, la Champions, la Europa League y la Conference, ocho competiciones que copan más que ocupan, prácticamente todos los meses del calendario pues a ellas hay que sumar los campeonatos de liga y copa de cada país.

Un internacional de élite disputa no menos de sesenta encuentros en 365 días, lo que equivale a una media de cinco al mes o alguno más si tenemos en cuenta su inalieanable derecho a 30 días de vacaciones, otro perjuicio para los clubs, que en definitiva son los que pagan, alguno de los cuales empieza la temporada sin poder contar con sus mejores hombres ni incluirles en sus concentraciones estivales por no haber podido disfrutar del descanso oportuno, lo que supone su tardía incorporación hasta igualar el nivel físico de sus compañeros de vestuario.

Nadie es capaz de poner freno a semejante abuso más allá del que por si constituye el dineral insultante que manejan las federaciones de fútbol en cualquiera de sus distintos estratos, desde las interestatales hasta las mismísimas regionales. No son las únicas. Molango se calza casi 750.000 euros anuales, salario que en Inglaterra comienzan a considerar excesivo ya que no hay un solo líder sindical que los perciba.