¡Buen viaje, Carlos!

¿Quiénes somos nosotros para juzgar a nadie?. No juzguéis y no seréis juzgados, una frase bíblica en desuso, como otras tantas virtudes, tradiciones y valores en decadencia cuya pérdida sentencia la razón de ser del hombre.

Juzgamos desde la presunción de culpabilidad y condenamos sin esperar el dictado de la justicia y, sin duda, desde la ignorancia, porque nadie conoce lo que esconde el alma de cualquier persona, detrás de esos ojos que queremos creer que son su espejo para concedernos una capacidad de interpretación  que no tenemos.

Carlos, no le gustaba que le llamaran Maximiliano,  Morales Gómez fue compañero de bachiller en el Colegio de San Francisco y, para que lo sepa todo el mundo, el responsable de que a los diecisiete años hiciera mis primeros pinitos radiofónicos en un programa estudiantil, «Orbita Alfa 65»,  desde los estudios de la antigua Radio Mallorca, hoy cadena SER, en la calle de la Paz.

Nunca imaginé que los avatares de la vida volvieran a cruzar en cierto modo nuestros destinos, pero lo hicieron. Y hoy, ya fallecido, he de confesar que se ha ido sin darme la oportunidad de pagar una deuda que con él contraje. Para mi hijo Héctor fue mejor padre que yo o, aún más, fue su padre y solo puedo pedirle a Dios que le perdone y, con ello, se haga cargo del pasivo que yo dejo impagado e impagable.

Gracias amigo y ¡buen viaje!.