Culto a la preparación física
Cuando José Luis Saso le impuso al Barón de Vidal el fichaje de un preparador físico casi cayeron las estrellas y sonaron las trompetas del fin del mundo en el viejo Lluis Sitjar. El buen entrenador vallisoletano cuyas cenizas creo recordar que descansan en aguas de Santa Ponça, donde por encargo de la familia las depositó Angel Gomez Benito, más conocido por Bolao, había sustituido al brasileño Otto Bumbel, el cual entrenaba acompañado de su imponente pastor alemán, según acreditan fotos de la época.
Así llego a Palma Manuel Delgado Meco, procedente del Calvo Sotelo de Puertollano quien años más tarde, tras pasar por el Tenerife y el Athletic, prepararía a la Selección española. Antes de su llegada apenas se trabajaba la condición física de los futbolistas. El mismísimo César Rodríguez leía tranquilamente los periódicos del día sentado en tribuna, mientras Hugo Villamide hacía dar a la plantilla unas vueltas al campo. Total, que aquella novedad dejó huella y desde entonces no se concibe a un técnico sin su especialista en disciplina física, aunque en los últimos años se hayan rodeado también de auxiliares para los porteros, psicólogos, nutricionistas, ayudantes y demás familia.
Si echamos un vistazo a las selecciones participantes en la fase final de la Eurocopa, sorprende la cantidad de profesionales que no es que sobrepasen los treintena, edad tabú para la vida de un futbolista, sino que superan los 35 en plena forma: Modric, Jesús Navas, Kroos, etc, etc. De hecho hay más veteranos que jóvenes de 16 como Lamine Yamal.
La evolución de casi todos los deportes, el fútbol no ha sido una excepción, pasa por el físico de cada deportista. El Mallorca ha renovado a Dani Rodríguez, 36 «tacos», sin olvidar los 33 que cumplirá Raillo, o los 31 para 32 de Abdón y Sergi Darder. Nadie se escandaliza si se habla de fichar a Hummels, 35, o a Mojica, 32. Hasta en el pádel, que parece tan sencillo por las dimensiones de la cancha y la ayuda de los cristales, vi al ex campeón del mundo Belasteguín entrenar durante una hora sobre la pista antes de coger la pala y empezar a pelotear. La treintena ya no es el fin de carrera, sino el comienzo de una segunda juventud.