Daños colaterales, entre otros
Si, la final de la Supercopa de Arabia, pues la de España no sé cuándo ni dónde se disputa desde hace casi un lustro, la jugarán el Real Madrid y el Barça, pero el señorío, la deportividad, el fair play y los escasos valores que aun conservan el deporte en general y el fútbol en particular, los pusieron el Athletic y el Mallorca.
Lo que prolifera no es el respeto a la ley y los reglamentos, que van y vienen a conveniencia de la «marca España». Justificado, protegido e incluso defendido de agresiones verbales que no sufren otros futbolistas de su mismo color de piel, los hermanos Williams por no dejar Jeddah e incluso compañeros de equipo como Tchouameny o Kamavinga, el mal ejemplo de Vinicius cunde en algunos de sus compañeros y en los más jóvenes jugadores que aspiran a defender la otrora inmaculada camiseta del multicampeón europeo, ahora lucida con petulancia contagiosa, no con orgullo. Hasta Bellingham ha perdido sus modales que, otros como el juvenil Asencio, al amparo de Florentino Pérez, heredan a golpe de impunidad.
Decía Luis Aragonés, tantas veces citado aquí, que el fútbol es de pícaros. Esto es lo que se le puede imputar a Maffeo, una picaresca de verbena. Lo de la artillería desatada en su contra para encubrir las tropelías del «The Best» tiene otro u otros nombres que, por la educación que, por ejemplo, no muestra Jan Laporta, el ser inferior del ser superior, reservamos bajo el paraguas de nuestra urbanidad.
Hace años que llegué a la conclusión de que el Real Madrid y el Barça son el cáncer del fútbol español, aunque el CSD del señor Uribes y la señora Alegría o más allá, opine que Olmo debe mantener su licencia para no perjudicar a la Selección Española. Al fugado de Waterloo le habrá entrado la risa al escuchar el argumento y al recién elegido y provisional presidente de la Real Federación Española de Fútbol, ninguneado y flagelado, el sonrojo. No ha sabido ni salvar la dignidad de quienes le nombraron.
Pero ya vibramos ante el enésimo derby, clásico o como le quieran llamar, de la temporada. ¡Que siga la fiesta!……y los cortes de manga.