De los despachos al campo
Lo que sucede en el campo, se queda en el campo; pero lo que ocurre en los despachos influye en el terreno de juego.
La Supercopa no le ha ido nada bien al Mallorca. Pontevedra fue la señal inequívoca de que la mente de la plantilla estaba en otra parte y tras la experiencia vivida dentro y fuera del campo en Jeddah todavía no ha vuelto. Y de eso no tiene solo la culpa Arrasate, que pasó el trago con Osasuna y debió prever lo que venía, sino la pésima gestión, una más, de la dirección financiera o como se le quiera llamar al cargo que ostenta Alfonso Diaz, que va de pifia en pifia, algo que parece no importarle mucho al presidente, pero si, y mucho, a la afición.
Cada campaña de socios se ha convertido en un avispero de protestas, pero los seguidores todavía recuerdan los acontecimientos de la final de Copa contra el Athletic disputada en Sevilla y no hablemos de la reciente excursión a Arabia Saudí que ha provocado un terremoto de alcance nacional y un incendio en el vestuario. Los mallorquinistas ya se manifestaron en los aledaños del Consulat el pasado mes de abril y las redes sociales arden desde el pasado 11 de enero.
El CEO no pierde una sola foto cuando cree que le beneficia, las renovaciones de Abdón y Dani Rodríguez, más o menos oportunas, la de Valjent o ciertos eventos. Presumió en el digital El Español poco menos que de haber ascendido al Mallorca desde Segunda B, sin mencionar siquiera a Maheta Molango. En el mismo medio proclamó su concepto de la SAD: una multinacional, seguramente lo más alejado de lo que debe ser un club de fútbol que, dada su estructura, no está mínimamente preparado para este tipo de compromisos o, más aún, utópicas aventuras continentales.
Dejemos de lado su contencioso con el restaurante Presuntuoso, las quejas de inquilinos de palcos vip por un servicio que no reciben y su salida de foco cuando vienen mal dadas, por no hablar de su interferencia en las negociaciones que deberían amparar exclusivamente a la dirección de fútbol.
Su escasa cintura o inacción han dejado al equipo y al club en una situación extremadamente delicada: enfrentado a la Federación Española, al todopoderoso Real Madrid y, tras declaraciones del futbolista gallego en ABC, al mismísimo Gobierno.
Por lo que respecta a los resultados, la épica de la Copa del Rey les costó a los de Javier Aguirre sumar solo 9 puntos de los 24 que quedaban de liga. Veremos lo que sucede ahora, pero en la Cerámica se encendieron todas las alarmas. Los 30 puntos en la clasificación son un auténtico tesoro.