Delito de moda

A un redactor de El Pais le costó el puesto defender a Plácido Domingo cuando fue denunciado por acoso sexual años atrás. Harvey Weinstein el productor de Holywwod, catalogado públicamente como depredador sexual, convicto y en prisión, fue acusado por decenas de actrices más allá de que algunas de ellas posean respetables fortunas. Según testimonios recabados por la norteamericana ESPN, revista digital y televisión a través de Disney especialiazada en información deportiva, ha emitido un reportaje en el que numerosos testigos señalan al dueño del Mallorca, Robert Sarver, que a su vez lo ex del Pohenix Suns de la NBA, como presunto autor e inductor de conductas inapropiadas según se deduce de las entrevistas realizadas entre empleados, jugadores e incluso uno de los copropietarios de la franquicia.

Recuerdo que en relación a un caso de tales características, un prestigioso abogado de Palma, defensor del reo y ganador del litigio, me dijo: «delito de moda, el que me ha tocado, mal asunto».

Hace unos años la opinión pública mallorquina forzó el cese del efímero presidente del Mallorca, Josep Pons, por una acusación, que se demostró infundada, de una empleada de la embajada española en Viena,  donde el mallorquín y mallorquinista, era embajador. Luego los instigadores del cese despejaron balones a corner para desmarcarse de la decisión imputada particularmente. Amistades rotas para siempre  por intereses de terceros.

Y no, no caigamos en «penas de telediario». En primer lugar y a distancia desconocemos los hechos. En segundo lugar no somos jueces ni fiscales, como tampoco abogados defensores. Y en última instancia, el Mallorca es ajeno tanto a los hechos como a las circunstancias y aunque no fuera así, tampoco pasaría nada. Aquí las editoriales y linchamientos se reservan para otros mallorquines.