Desprecio al cliente
Lo lógico es conocer y respetar los gustos del cliente, no ignorarlos. Al hilo de la guerra de horarios establecida entre la Federación Española de Fútbol y la Liga de Fútbol Profesional con argumentos opuestos sobre los que decidirá la justicia ordinaria, lo primero que se nos ocurre es cuestionar en qué clase de país vivimos en el que los jueces tienen que perder su tiempo en dilucidar estos asuntos como si no tuvieran sus mesas colapsadas de pleitos y sus medios de trabajo no fueran técnica y tecnológicamente limitados.
Lo segundo me parece aún más elemental. El fútbol se enriquece a base de sus ventas para la televisión y la asistencia de aficionados a los estadios. No costaría tanto preguntar al consumidor en qué días y a qué horas prefiere disfrutar de su espectáculo preferido. Si bueno, aceptamos espectáculo como animal de compañía aunque, en general, se reparta con cuentagotas. Una encuesta entre los abonados de todos los clubs de primera y segunda división, bien planificada y elaborada por profesionales cualificados resolvería la sencilla ecuación. Otra cosa es que llevarla a cabo y, sobre todo, seguir sus conclusiones interese a los amos del cotarro.
Yo tengo clara la respuesta y mucho me temo que ellos también. De ahí la batalla…….y la evidencia.