El gozo en un pozo (2-1 en Montilivi)
Apenas cinco minutos le duró la alegría al Mallorca al marcar Muriqi de un penalti del que también fue víctima. El Girona se había adelantado en el marcador en la primera parte por mediación de Bernardo que resolvió en el área pequeña un servicio de Viktor a balón parado y cuando se acariciaba un punto de oro, Castellanos le ganó la espalda a Dani Rodríguez para cabecear desde cerca y batir a Rajkovic.
ALINEACIONES:
Girona FC.- Gazzaniga (1), Arnau (1), S.Bueno (1), Bernardo (2), Miguel (1), O.Romeu (2), Reinier (1), I.Martín (1), Viktor (2) Riquelme (1) y Castellanos (2).
Minuto 59, Artero (1) por Renier. Minuto 72, J.Hernández (1) por Miguel. Minuto 89, Stuani (-) por Castellanos. Minuto 90, Callens (-) por Viktor y Couto (-) por I.Martín.
R.Mallorca.- Rajkovic (2), A.Sánchez (1), Dennis (1), Valjent (2), Copete (1), J.Costa (0), Morlanes (1), Galarreta (0), Amath (0), Kang-in Lee (1) y Muriqi (1).
Minuto 65, Dani Rodríguez (0) por Dennis. Minuto 71, Augustinsson (1) por J.Costa. Minuto 85, Angel (-) por Amath
ARBITRO:
Martínez Munuera (2), de Alicante. Pitó lo merecido y se equivocó poco. 13 faltas a favor del Girona y 10 favorables al Mallorca. Exhibió amarillas ante Bernardo, Santi Bueno, Javier Hernández y Couto, por los locales y a Javier Aguirre por protestar en el banquillo del Mallorca.
GOLES:
Minuto 46, en la prolongación de la primera parte, Viktor saca una falta sobre la portería visitante donde Bernardo gana la acción por arriba y en doble remate, el segundo con el pié, bate a Rajkovic. 1-0
Minuto 77, a la salida de un corner Santi Bueno agarra y derriba a Muriqi, que transforma la pena máxima engañando al portero de tiro fuerte y a su izquierda a media altura. 1-1
Minuto 83, centro pasado de Aranau desde la derecha y en el segundo palo Castallenos entre como un obús ganando la espalda a Dani Rodríguez para cabecear desde muy cerca. 2-1
SIN DEFENSA NO HAY NADA
Todo el éxito del Mallorca se basa en su sistema defensivo. Más allá de su contundencia y buena colocación atrás, con la asignatura bien aprendida y asimilada, no queda más que confiar en alguna acción individual de Kang-in Lee o la cabeza de Muriqi. Si fallan los de atrás, por mucha voluntad que le pongan, siempre hay que temer lo peor. Podremos lamentar las ausencias de Maffeo, Raillo y Gio, tal vez, pero ya decía Helenio Herrera que las ligas las ganan los suplentes y de eso no hay en el banquillo de Javier Aguirre, que tampoco estuvo muy inspirado cuando el sueño rozó la realidad.
Antes de que Bernardo adelantara los locales, ya se habían lanzado cinco saques de esquina de color rojiblanco y media docena de faltas laterales. Todos fueron rematados por los atacantes, mal síntoma para lo que vendría después. El equipo de Michel ataca con muchos efectivos y por si los cinco zagueros visitantes no tuvieran ya bastantes problemas, Galarreta deambulaba como alma en pena, lo mismo que Jaume Costa y, a la hora de salir, Amath era una rémora si bien, en su descargo, habría que matizar que sus compañeros en la fábrica de la creatividad se habían tomado el día libre.
El empate habría sido una fiesta, sobre todo porque el Mallorca no hizo nada para merecerlo, la cara b del lance del lunes frente al Athletic. Pero en un saque de esquina a favor Santi Bueno se olvidó de dónde estaba el árbitro y regaló un máximo castigo que sabía a gloria. Un punto a estas alturas era oro puro. Corría el minuto 78 cuando el marcador se había igualado. Ya había entrado Dani Rodríguez por un central, Dennis, pero si al cabo de una hora el técnico mexicano se había visto obligado a cambiar su dibujo inicial por un 4-4-2, era el momento de volver a cerrar los portones de la muralla. No lo hizo y tres minutos más tarde Rajkovic ya tuvo que asombrarnos desviando al larguero un mortífero disparo de Romeu. Solo fueron necesarios otros dos para que nadie se fijara en el movimiento de Castellanos que se comió precisamente el gallego.
Lugo, como siempre, a trompicones, a la desesperada y como pollo sin cabeza. Para rematar la faena, Angel, un exfutbolista para remediar no se sabe qué. Abdón e incluso Kadewere parecían relevos más aconsejables si, de todas maneras, no había ni hubo otra opción ni idea, que enviar melones a la olla. Esta ha sido la historia y así se la hemos contado. El próximo día 12 a las nueve de la noche, el siguiente capítulo.