Doble castigo

El Mallorca perdió el partido y a Raillo, lesionado apenas comenzada la segunda parte, como castigo frente a un Real Valladolid que fue mejor al principio y se defendió al final ante una avalancha de balones bombeados sobre su área como único recurso del equipo local que entró tarde en la pelea y quiso acabarla a pelotazo limpio ya con el marcador en contra cuando aun faltaban 40 minutos para remediar lo inevitable. Una derrota dolorosa que deja tocado al equipo y mermada su ya de por si frágil plantilla.

ALINEACIONES:

R.Mallorca.- Reina (1), Sastre (1), Valjent (1) Raillo (1), Lumor (2), Baba (1), Salva Sevilla (1), Dani Rodríguez (1), Lago Junior (0), Cucho (1) y Budimir (0).

Minuto 48, Xisco Campos (0) por Raillo, lesionado. Minuto 58, Kubo (1) por Dani Rodríguez. Minuto 69, Pozo (0) por Sastre.

R.Valladolid.- Masip (1), Moyano (2), Olivas (1), Salisu (2), Carnero (1), Alcaraz (1), Michel (3), Oscar Plano (1), Toni Villa (1), Sergio Guardiola (1) y Enes Unal (1).

Minuto 71, Hervías (0) por Toni Villa. Minuto 86, Rubio (-) por Oscar Plano. Minuto 89, Sanemeterio (-) por Enes Unal.

ARBITRO:

Medié Jiménez (2) del Comité de Cataluña. Le reclamaron más errores de los cometidos. Invalidó un gol de Dani Rodríguez a los 27 minutos por haber rebasado el balón la línea de fondo antes del centro de Lumor. Mostró tarjetas amarillas a raiz de esta acción a Reina primero y roja después al segundo de Moreno, Dani Pendín. También las vieron por distintas circunstancias el propio Dani, Budimir y Cucho por parte del Mallorca y Toni Villa, del Valladolid.

GOL:

Minuto 55, Lumor pierde un balón junto al banderín de corner, el despeje lo alcanza Sergio Guardiola que le gana en carrera a Xisco Campos, entre en el área y centra después de rebotar la pelota en Salva Sevilla, para que, en el centro del área pequeña, Enes Enal se anticipe de cabeza en plancha a Sastre y al sorprendido Reina. 0-1

COMENTARIO:

Bastante tenía el mallorquinismo con la decepción del cierre del mercado de invierno sin el anuncio de nuevos fichajes. El esperpento del viaje de ida y vuelta de Zungu guardaba un cierto paralelismo con el fax de Ujah que llegó con el plazo expirado, pero corren otros tiempos y el silencio se impone en la grada y en los pupitres de más atrás. Pero el balón no miente y en el terreno de juego se impone la realidad que fue cruel con el Mallorca a partir de la lesión de Raillo. Las desgracias nunca vienen solas y Xisco Campos, su sustituto, quedó en evidencia ante una carrera de Sergi Guardiola que centró dos veces hasta que Enes Unal se anticipó a Sastre para cabecear muy cerca del abatido Reina. Y si, en el minuto 27 el Var, sin necesidad de revisión, había invalidado el gol de un acelerado Dani Rodríguez porque la pelota centrada por Lumor había rebasado por milímetros la línea de fondo. Una más.
  Tras el tanto pucelano quedaba más de media hora para invocar el giro de los acontecimientos, que no de la fortuna porque no es puede decir que los tres puntos volaran de Son Moix por pura casualidad sino porque el Valladolid, limitado si y rival directo en la lucha por evitar el descenso también, jugó mejor al principio y fue mucho más inteligente al final. Sus números certifican que no tiene gol, pero no los encaja fácilmente. Este fue el guión. Y menos mal, porque de contar con una artillería más fina el castigo habría podido ser peor.
  Como de costumbre, los de Vicente Moreno llamaron a la caballería muy tarde y, también como casi siempre, sin demasiado sentido común. El técnico, sin la ayuda de su segundo, expulsado por parlanchín, quemó todas sus naves. Primero Kubo, después Pozo. ¿Por qué no ambos desde el principio?. Una pregunta que nos hicimos al tiempo que no entendíamos la sustitución del autor del tanto anulado, seguramente porque tenía una tarjeta; pero en situaciones de angustia no caben remilgos ni amonestaciones. Hay que ir con todo y no por partes. Los visitantes terminaron achicando balones en su propia área, es cierto, pero sin excesivos apuros. Solo había un posible rematador, Budimir y la remota opción de aprovechar un rechace, pero Masip, el meta forastero apenas sufrió sustos de consideración. La cosa, si la cosa, se complica.