Dos cabalgan juntos

El Cádiz ha recuperado las expectativas con las que comenzó el campeonato, después de un primer tercio en el que había generado muchas dudas e hizo peligrar la continuidad de Alvaro Cervera en el banquillo donde bate el record poco habitual de cumplir su cuarta temporada.

El equipo parece ser que reaccionó a partir de solventar ciertos problemas con alguno de sus futbolistas más importantes, en concreto Salvi y creo que Alex Fernández. Se había desprendido de su máximo valor, Alvaro traspasado por tres millones de euros al Rayo Vallecano. Las aguas volvieron a su cauce y se encuentra en el mismo vagón que el Mallorca luchando por una plaza en el play off del que a ambos le separan dos puntos.

No gustó mucho en Son Moix. Cayó por un gol de Alex López sobre la bocina, pero el Mallorca perdió muchas oportunidades de marcar mucho antes. En cambio los andaluces carecieron de ellas. La incorporación de Lekic les ha resuelto ciertas dudas en ataque, si bien no es un delantero al que haya que descubrir ahora salvo que viva una segunda juventud. En todo caso su mayor peligro corre por los laterales ya que en el centro cuenta con la baja de José Mari por sanción.

Su condición de local pesa en el Ramón de Carranza. Allí solo ha ganado un visitante. Es de los cuatro mejores en ataque y de los tres mejores en defensa cuando juega ante su público. Pero ganarle al Mallorca no es fácil y ha advertido su técnico que necesitarán su mejor nivel para ganar el partido.

Vicente Moreno, por su parte, casi repite. Se lleva a Stoijiljovic para que se adapte, aunque tiene todos los números para quedarse en la grada. No así Budimir, salga o no de inicio. A las bajas de Gámez, Pedraza y la reiterada de Salva Ruiz, se une esta vez la de Merveil que quizás haya agotado su cupo de oportunidades, tras desplazar de su posición a Ariday durante las últimas jornadas.

Arbitra Arcediano Monescillo, de Castilla-La Mancha. Fue un buen árbitro hasta que otro más joven de su mismo comité, Alberola Rojas, le apartó de la carrera por el ascenso en la que había participado. Ahora, ya con ocho campañas en Segunda A parece algo más desmotivado y acomodado, con disfraz más de paloma que de halcón. Se la ha pasado el arroz.