Vamos por partes

Yo no me obsesionaría con las posiciones que la clasificación de Segunda refleja tras las primera 10 jornadas de liga. En primer lugar porque todavía tienen que pasar un par de partidos o tres más para valorar el potencial de cada equipo, ya sea de cara al ascenso o la permanencia y después porque un somero repaso a lo sucedido en tan igualada categoría aconseja ser muy prudente en ciertas apreciaciones.

Desde la temporada 1997-98 disputan el campeonato 22 equipos, una barbaridad, pero solamente desde hace diez se disputa un play off para dilucidar el tercer puesto que da derecho a militar en primera división al siguiente ejercicio. Y la historia nos muestra que del sexto clasificado al séptimo o más allá, solo en una ha habido dos puntos diferenciales, mientras que en cuatro ocasiones ha habido que recurrir al golaverage y otras cuatro la separación ha sido de solo uno. La única excepción precisamente en el curso 2018-19, en el que El Mallorca le ganó al Deportivo el derecho a subir. Entonces los gallegos habían sacado cuatro puntos cl Cádiz. Mejor no recordar dónde están hoy uno y otro.

Ser o no líder a estas alturas, segundo u octavo, no sé, se me antoja irrelevante. Dos victorias o dos derrotas consecutivas le meten a uno arriba o abajo, según se mire. Esta competición es muy larga, demasiado sin la menor duda. Para explicar mi punto de vista siempre he utilizado el ejemplo del deporte motorizado: en el primer tercio del calendario se celebran los entrenamientos oficiales, en el segundo se lucha por la «pole», pero la carrera se decide en el último. Claro que ayuda y es siempre mejor, ir por delante en las tres fases.