¡Dos campeones! y un solo título (El Athletic gana por penaltis 5-3)
Si hay alguna final en la que haya que acordarse del subcampeón, esta es una de ellas. La segunda para el Mallorca, que no mereció caer en Valencia ante el Barcelona, ni tampoco ayer con idéntica crueldad, en Sevilla frente al Athletic. Pero tampoco sería justo decir que los de Ernesto Valverde fueron peores. La deportividad, la generosidad, la caballerosidad y el decoro obligan a felicitar al campeón, aunque por una vez y sin sentar ningún precedente, hubo dos: copa para uno y placa para el otro.
ALINEACIONES:
Athlétic.- Aguirrezabala (3), De Marcos (1), Vivian (1), Paredes (1), Yuri (1), Galarreta (2), Prados (0), I.Williams (1), Sancet (2), Nico Williams (3), Guruzeta (1).
Tras el intermedio, Vesga (2) por Prados. Minuto 79, U. Gómez (1) por Galarreta. Minuto 90, Berenguer (1) por I.Williams, Raúl García (1) por Guruzeta y Muniain (1) por Sancet. Minuto 105, Lekue (1) por Yuri.
R. Mallorca.- Greif (2), Gio (1), Valjent (1), Raillo (2), Copete (2), Lato (1), Samu (2), Dani Rodríguez (2), S.Darder (1), Larin (0) y Muriqi (2).
Minuto 61, Morlanes (1) por S.Darder y A. Sánchez (1), por Larín. Minuto 72, Radonjic (0) por Dani Rodríguez. Minut 90, Maffeo (1) per Valjent. Minut 107, Nastasic (1) por Copete. Minuto 110 Van der Heyden (-) per Lato.
ARBITRO:
Munuera Montero (2), rozó la excelencia de no haber barrido ligeramente para el poderoso en numerosas faltas contra el Mallorca en el centro del campo, algo rigurosas. Solo 13 a favor y 26, el doble, en contra. Tarjetas a Paredes, del Athletic y a Muriqi, del Mallorca.
GOLES:
Minuto 20, Aguirrezabala rechaza en sendos paradones, dos remates a la salida de un corner, en el último de ellos, Raillo cede a Dani Rodríguez que desde el interior del área coloca el balón en la escuadra. 1-0
Minuto 49, internada por la izquierda con pared ante Nico y Sancet que este, superado Valjent, mete al segundo palo, lejos del alcance de Greif. 1-1
PENALTIS:
Mallorca.- Muriqi, gol. Morlanes, portero. Radonjic, fuera. A.Sánchez, gol. (2)
Athletic.- R.García, gol. Muniain, gol. Vesga, gol. Berenguer, gol. (4)
MAXIMO ORGULLO
El Mallorca fue merecedor del trofeo durante los primeros cuarenta y cinco minutos. Es más, pudo sentenciar la final si Larin, el canadiense una vez más, no hubiera enviado el balón al cuerpo del portero al encararle en solitario, marca de la casa. El público se acordará del llanto de Morlanes que, sin embargo, tiene menos pecado que su compañero, titular gratuito durante demasiado tiempo sin méritos que debe acumular en los entrenamientos o en su elevado contrato, pero que no exhibe en partidos oficiales.
Pero los éxitos alcanzados por Javier Aguirre pesan más que sus equivocaciones, aunque ayer cometiera una. Mientras en el banquillo contrario, Valverde no esperó ni un minuto para cambiar su línea media tras el descanso con la entrada de Vesga, más cerebral que Prados, el mejicano no reaccionó ante los serios avisos procedentes de la banda izquierda donde Nico Williams era claramente superior a Gio, marcó un gol anulado por un fuera de juego milimétrico y marró por centímetros otras dos ocasiones, asistencias aparte. El lateral uruguayo, con la única ayuda de Valjent a su espalda, no bastaba para tapar la vía de agua abierta en la eslora balear. Por allí llegó el gol del empate que obligaba a un cambio de guión: el manual de resistencia en lugar de precipitar y desesperar al enemigo.
Con el tanto de Dani en la primera parte y la ocasión de Larin en la segunda, se acababan las oportunidades, e incluso las opciones de esperar algo que no fuera inevitable, los penaltis y a un precio excesivamente caro: las lesiones por agotamiento de Dani Rodríguez, Copete, Nastasic y Lato, como contrapartida a los tres rojiblancos que entraron de refresco en el minuto 90, Muniaín, Bereneguer y Raúl García, nada menos. Eran once contra ocho, contando el resuello que le quedaba a Muriqi para regalar un cabezazo tímido pero colocado que Aguirrezabala frustró en la misma medida que el título anhelado.
Pero no cabe llanto alguno, ni tristeza. Como escribí en la víspera, el Mallorca ya había ganado y al Athletic le costó. Vuelve la liga que exigirá la misma intensidad y más acierto para salvar la temporada, el objetivo más importante. Quien a hierro mata, a hierro muere. Los leones vengaron a sus más encarnizados rivales. Y, créanme, ganó el fútbol, ese deporte maravilloso que ciertos personajes se empeñan en emponzoñar desde los sillones de sus cómodos despachos.