E la nave va

A punto de reanudarse la liga y aun a cinco partidos de finalizar la primera vuelta sin que nadie haya tomado la iniciativa de cambiar las fechas del mercado de invierno, que hubiera sido lo lógico debido a la invasión del calendario a manos de la FIFA para meter con calzador el Mundial de Qatar, Javier Aguirre insinuó que no cabía esperar movimientos a lo largo de las próximas semanas.

Tampoco los hubo en verano. Pablo Ortells optó por reforzar el equipo con mínimos para dedicar todo su esfuerzo y el dinero que pusieron a su disposición planificando la plantilla en torno a una figura, la de Muriqi, más del gusto del técnico que el japonés Take Kubo. La baja de Manolo Reina, ahora metido en la plena zozobra del Málaga reciente verdugo del Alavés de Garcia Plaza, Salva Sevilla y Sedlar, aconsejó la contratación de un portero, Rajkovic, los centrales Nastasic y Copete y un recambio, Kadewere, que ha tardado meses en ponerse a punto. Al margen, el regreso de algunos cedidos: Cufré, una pésima operación pergeñada durante el gobierno, que no mandato, de Maheta Molango, y Lago Jr., relegado tras la recuperación de Amath N’Diaye. Todo lo demás, fuera bueno, malo o regular, ya conocido.

De momento nada ha salido mal. El entrenador, consciente de las limitaciones del grupo, aplicó a rajatabla su esquema conservador y los resultados han originado la confianza de los jugadores en lo que hacen. Hace un año, en la Navidad del 2021 el paisaje era diferente y preocupante. De hecho la permanencia fue sellada por Jorge Molina al errar un penalti a favor del Granada contra el Espanyol en la última jornada. No es la primera vez que el Mallorca se salva por los pelos. Ojalá sea la última porque si estos días pusimos el ejemplo del Deportivo, un repaso a los competidores en categorías más bajas, desde Las Palmas o Zaragoza en Segunda y aun más abajo, Pontevedra, Córdoba, Castellón o Real Murcia, entre otros, reflejan lo duro que es recuperar el status que un día tuvieron.

Con el borrón de la política que rige en el Mallorca B y filiales, la dirección deportiva ha optado por lo que no funciona, tampoco se toca; en todo caso se retoca. Y de momento la nave va, que diría Fellini.