El caso Molango

Frecuentemente los futbolistas que no aceptan las propuestas de los clubs son sometidos a presiones de diversa consideración para que agachen la cabeza. Finidi fue traspasado del Mallorca al Newcastle en contra de sus deseos, igual que Luque se marchó al Deportivo bajo amenaza de pasarse la temporada en la tribuna de Son Moix. Marcelino Elena, firmó un nuevo contrato de acuerdo con el club para no irse con la carta de libertad a la Premiere. Hay muchísimos ejemplos.

El que ya se ha dado en llamar «caso Sastre» adquiere matices diferentes y lo hace por la torpeza o más bien la prepotencia de Maheta Molango, todavía subido en el tren del ascenso y loado por los intereses comerciales de sus palafraneros. El ejecutivo a sueldo del Mallorca no dudó en enfocar sobre Joan Sastre la responsabilidad de su actual situación. Intentó culparle de no querer seguir en el club y, de paso, lazó dardos envenenados a sus asesores. ¿Por qué?. Eso es lo que no sabemos y el jugador, más elegante que su consejero delegado no ha querido desvelar hasta ahora.

Es muy fácil decir que no ha aceptado una oferta de renovación sin expresar sus términos en relación a las condiciones actuales de su contrato. Habría que aclarar primero qué mejora se le propone y si es justa la proporción. Pero no se puede darle al «on» del ventilador que esparce la basura sin ofrecer la menor explicación. A lo mejor es el de Porreres quien se sube a la parra. Puede ser. Y quizás se considera poco valorado en relación a otros compañeros. Aquí lo de besar el escudo queda muy bonito, pero cada cual defiende sus intereses y a la hora de apelar a los sentimientos me inclino más por profesar la fé del mallorquinismo del defensa que la del empleado de Sarver.