El ERTE del Mallorca

Si no aplica un ERTE, tal y como se desprendería de la carta remitida por el presidente del Mallorca a los empleados al principio del confinamiento en curso, Andy Kohlberg tratará de alcanzar un acuerdo con los jugadores igual que están haciendo otros clubs. Está por ver el porcentaje aplicable al descuento que el primer ejecutivo, hoy el director administrativo al frente del club tras el despido de Maheta Molango, ya habrá podido calcular.

Según estimaciones muy genéricas y teniendo en cuenta que las matemáticas nunca han sido una de mis asignaturas preferidas y eso incluye la contabilidad, si la Liga no se reanuda la LFP dejaría de pagar a la SAD mallorquinista unos 13 millones de euros, cantidad resultante de restar algo más de 1 millón por cada partido pendiente ya que si dividimos los 45 pactados a principio de temporada por las 38 jornadas del calendario, cada uno sale a 1.185.000 euro arriba, euro abajo.

Dicha cantidad se sitúa por debajo del límite salarial de gasto autorizado por la Liga que en enero lo habúa aumentado hasta unos 33 millones. Pero luego habría que sumar al debe la parte proporcional que no se perciba por la publicidad estática, patrocinio de las camisetas, palcos vip y aproximadamente un 25 por ciento de los abonos en el caso de que el público reclamara por los 5 partidos que se tendrían que disputar aun en Son Moix, uno de ellos contra el Barça, taquillas aparte. Entre pitos y flautas podríamos estar hablando de entre 5 y 7 millones.

Si, ya sé que son las cuentas de la vieja y que los americanos no han llevado a cabo precisamente una política de transparencia, sino más bien todo lo contrario. Pero es fácil adivinar que los doce millones de beneficio anunciados hace meses por el CEO cesado, que no debían ser tantos a tenor del cese en cuestión, se convertirían en una pérdida de importe similar la cual, con ERTE o sin él, supondría el cuarto ejercicio negativo desde el desembarco de Robert «Salver» y sus colaboradores.