El espejo mágico
A tenor del incremento cuantitativo de los egos personales debe ser difícil sincerarse con uno mismo, pero sin dar antes este paso no existe la menor posibilidad de franqueza respecto a los demás. De ahí la importancia de plantarse ante el espejo cuantas veces sea necesario para reconocer el verdadero aspecto de cada uno, al menos el externo, eso que se llama la imagen cuyo cuidado se extrema hasta límites que, rebasados, roza la ridiculez.
El capitán del Mallorca, Raillo, ha puesto de manifiesto la descomposición en la que ha entrado el vestuario del Mallorca, posiblemente desde hace bastantes meses e incluso antes de su participación en la Supercopa, a partir de cuya referencia se concita el espectacular descenso de juego y resultados que pervive en la actualidad. Aquel 3-0 de Copa en Pontevedra alertaba de los primeros síntomas que a día de hoy han desvelado la realidad de la infección.
El central cordobés explotó el domingo al final del lamentable partido de todo el equipo, todo, en La Cartuja ante el Betis. «Cada cual hace la guerra por su cuenta», dijo entre otras razones indiscutibles. Sin embargo el razonamiento no tiene que ver con el raciocinio ya que la réplica, elemento de la entrevista desaparecido en combate, surge por si sola: ¿Se incluye usted entre ellos?.
En el balance de las batallas de Raillo podríamos hablar del ingenuo penalti cometido en el campo del Espanyol que echó por tierra el esfuerzo del grupo para recuperar un marcador adverso. Tampoco negaremos la larga lista de servicios prestados al club en consonancia con su contrato y el de otros de sus compañeros. Si en algún momento ha merecido figurar en una convocatoria de la Selección, como se predicó en algunos foros, responde a las opiniones y gustos de cada cual. Más allá de tales interpretaciones, el capitán que los manda no destaca para bien ni para mal por encima o debajo del resto del equipo. Su indisoluble titularidad se debe, en parte, a la ausencia de otro futbolista de igual o mejor nivel en el resto de la plantilla.
Por desgracia y a modo de conclusión, no hay un solo jugador en el actual plantel con licencia para criticar a otro tanto si es a título colectivo como individual. Si alguien cree lo contrario, que se mire en el espejo.
