El límite salarial ya no cuela
Los ejecutivos y accionistas del Mallorca utilizan el límite salarial impuesto por la LFP como una coartada para justificar sus extrañas inversiones en la plantilla del primer equipo. Si, es cierto, tienen el tope más bajo de primera división, pero con 30 millones de euros hay quienes harían encaje de bolillos a la hora de fichar.
Si ya hemos dicho que una ampliación de capital es uno de los argumentos que permite elevar tal cantidad, además de incrementar patrocinios y otras fuentes de ingresos, aun es mas lógico no malgastar los recursos que uno tiene. Los porcentajes de los contratos a pagar por jugadores cedidos como Carlos Castro, Luis Valcarce, Russo, Antonio Sánchez, Stoichkov, Moyita, Zlatanovic y demás familia suman innecesariamente. Ya no digamos tirar el dinero para fichar hasta a seis delanteros de los que cuatro salen desde el banquillo y el sexto no puede debutar hasta diciembre si el entrenador lo estima oportuno. Precisamente el nivel de lo que uno puede gastar exige un mayor cuidado a la hora de acudir al mercado, obliga a no equivocarse y a dejar de lado experimentos como Alex Alegría y locuras varias. Por no hablar de los salarios de determinados cargos de confianza.
Asi que utilizar parmanentemente dicho argumento en plan victimista es solamente una argucia de muchas palabras para malos entendedores que, por supuesto, los hay.