El Mallorca hunde al Submarino (0-2 en el Ciudad de Valencia)

Dos cargas de profundidad disparadas por Muriqi en el primer tiempo y Amath en el segundo, hundieron a un Villarreal desacostumbrado al fútbol cansino que impone Quique Setién del que no se desprendió más que en un disparo de Chuwkuweze al travesaño como amenaza, sin continuidad, para la integridad del acorazado mallorquinista.

ALINEACIONES:

Villarreal CF.- Rulli (1), K.Femenía (1), Albiol (1), Pau Torres (1),  A.Moreno (1), Capoue (0), Trigueros (0), Parejo (0), Chukuweze (1), Danjuma (1) y Baena (1).

Tras el descanso Jackson (1) por Trigueros. En el minuto 63, Pino (1) por Baena y en el 89, Morales (-) por Capoue y Mojica (-) por A.Moreno.

R.Mallorca.- Rajkovic (1), Gio (3), Valjent (2), Nastasic (2), Copete (2), J.Costa (1), Baba (2), Galarreta (1), Dani Rodríguez (2), Muriqi (2) y Kang-in Lee (1).

A los 70 minutos, Amath (2) por Kang-in Lee y A. Sánchez (1) por Dani Rodríguez. A los 86, Abdón (-) por Muriqi y Battaglia (-) por Galarreta. A los 91, Grenier (-) por Baba.

ARBITRO:

Muñiz Ruiz (2) de Pontevedra. Cometió pocos errores, se mantuvo firme ante la presión de los jugadores locales, aunque se excedió con las tarjetas. Exhibió amarillas ante A.Moreno, Parejo, Chukuweze y Baena y, del Mallorca, sobre Muriqi, Kang-in Lee, Dani Rodríguez, Jaume Costa y Gio. 13 faltas a favor del Villarreal y 17 en contra.

GOLES:

Minuto 32, Dani profundiza por la derecha, Gio alcanza el balón justo sobre la línea de fondo y su centro lo remata en el área Muriqi con la pierna izquierda, el balón toca la bota de Albiol y descoloca a Rulli. 0-1

Minuto 75, el kosovar lucha por un balón aéreo en un lateral del área que sale hacia la frontal donde Amath empalma con su zurda un trallazo parabólico y cruzado, imparable. 0-2

El partido se disputó en el estadio del Levante por obras en el de la Cerámica en Villarreal.

UN «GOLAZO» BIEN VALE TRES «PUNTAZOS»

Nadie echó de menos a Maffeo y a Raillo. Ni siquiera la figura de Javier Aguirre, tras los cristales de un palco en lugar del área técnica de los entrenadores. Triunfó su sistema, el que, quizás inducido por la sencillez de su plantilla, ideó para paliar carencias y resaltar virtudes las cuales, después de trece jornadas, tendremos que convenir en que también existen. Los pocos aficionados desplazados desde Palma y los muchos que recorrieron 70 kilómetros para ver las del Villarreal, constataron la seriedad del entramado defensivo visitante, por encima de sus actores, y la mentira con la que Quique Setién ha transformado en dos semanas la escuadra urdida por Unai Emery.

Mientras el mal llamado «Submarino amarillo» se sumergía en un sin fin de pases para no llegar a ninguna parte, ni dar el menor trabajo a Rajkovic, el acorazado colorado que navegaba por alta mar no daba puntada sin hilo. Cada una de sus acciones tenía sentido, con dos líneas, una de cinco y otra de nueve, entre las que no quedaba espacio para la parsimonia sin profundidad, ni aperturas, practicada por un anfitrión desconocido. Nastasic, en el centro de la zaga, soslayó la ausencia del capitán, con Valjent y Copete en sus posiciones acostumbradas. Baba, omnipresente, paraba, templaba y mandaba en la sala de máquinas donde Capoue, Trigueros y Parejo pululaban sin intensidad.

El técnico cántabro presume de preferir ganar por 4-3 que por 1-0, sin embargo nunca ha dicho el modo en qué le gusta perder. Y eso que se esfuerza en hacerlo. Permitió las salidas de Gio, bravo en defensa y entusiasta en el desdoblamiento, y Jaume Costa, algo más precipitado, en perfecta armonía con Dani Rodríguez y Kang-in Lee. Arriba, por supuesto, siempre está Muriqi para rematar o, si vienen mal dadas, esperar el apoyo de alguno de los dos últimos que, casi siempre, acudieron a la cita. El portero confía en los defensas y viceversa, y todos se ayudan entre sí en un ejercicio de solidaridad no exento de fé que ha dado resultado dos veces en la misma ciudad, la del Turia.

Si. Este Mallorca cambia en casa porque sus oponentes cierran más que en sus propios feudos. Aprovechar espacios no es lo mismo que tener que crearlos. Pero esto es harina de otro costal. Por ahora la media inglesa inversa, tres puntos fuera y uno dentro, funciona. Y lo que funciona hay que tocarlo solo lo imprescindible. Se equivocarán quienes argumenten que el vencedor llegó dos veces y marcó dos goles. Lo hizo en cuatro, pero el Villarreal solo una. Esto es…..verdad. Merecido triunfo en honor a la recuperación y el gol de un hijo pródigo que se había perdido: Amath Ndiaye.