El «neofútbol»
Observo, no sin estupor, que el impacto de una bailarina en el restaurante del fondo norte del multiusos de Son Moix durante al Mallorca-Barça del pasado martes, supera en las redes sociales al de la imputación del Barça en el «caso Negreira», el registro de la Guardia Civil en el Comité Técnico de Arbitros de la Real Federación Española de Fútbol y la presión mediática, originada desde la televisión del Real Madrid, sobre el árbitro Alberola Rojas por anular bien un gol a los merengues, decisión compensada con no expulsar a Bellingham por una entrada a Correa claramente especificada en el reglamento.
Ahora se comprende la reticencia de los dueños del Mallorca a crear un equipo femenino, lo que resultaría incoherente con el espectáculo de la señorita en cuestión, más allá de las dudas que plantea la explotación de un negocio ajeno al fútbol en un estadio de titularidad municipal que no debió ser cedido gratuitamente para otros menesteres. Imagino. Entiendo que se pude ver un partido mientras te comes una pizza, de hecho se hace en casa con una bolsa de pipas, pero no quiero pensar que alguna mente brillante haya decidido incorporar un show sobre las gradas para paliar el aburrimiento del que se ofrece sobre el terreno de juego.
El Real Madrid paga a un ex colegiado, Megía Dávila, contratándole como delegado de campo. El Getafe, también fichó a Mejuto González. Nada que objetar. O si. Los pagos consentidos y constatados por los sucesivos presidentes que han ocupado la «llotja» del Nou Camp, ahora de Montuic, a Enriquez Negreira huelen peor o al menos el aroma no le ha gustado al juez que instruye el asunto. Mientras el proceso baila entre lo civil y lo penal, sin referirnos a la necesidad de ganar que inspiraba a Luis Aragonés, nos podemos preguntar si la UEFA, tan contundente con Luis Rubiales, puede admitir en sus competiciones a un club imputado.
Las transmisiones de los encuentros de los clubs de Florentino Pérez y Joan Laporta convocan a medio millón de espectadores cada uno. El doble de los que genera el tercero en discordia y cinco veces más que el último, el Mallorca sin ir más lejos. Eso al margen de la Champions. Y ahí lo dejo.