Futbolistas de segunda mano
Javier Aguirre no dijo la verdad cuando, en la rueda de prensa del pasado viernes, afirmó que no se había hablado de la Copa en toda la semana. Su alineación en Mendizorroza le contradijo. Hoy ha preguntado a que jugadores reservó al responder a un colega sobre el particular. Yo se lo diré, a: Jaume Costa, Samu, Antonio Sánchez y a Dani Rodríguez y Gio durante más de la mitad del partido. No soy nadie para discutir su decisión, ni entro en la oportunidad de la medida, pero es preferible llamar a las cosas por su nombre.
Hablando de cosas y de nombres, me sorprende que los dos jugadores contratados en el mercado de enero, Nacho Vidal y Radonjic, vinieran en baja forma física. Así lo ha sugerido el propio técnico al confesar que ambas estaban programadas en función de la resistencia de ambos ya que «aun andan flojos». ¿Qué hacían en sus respectivos equipos?, ¿estaban de vacaciones?. Ya pasó lo mismo con Larin que, a la espera de que le llamaran para viajar, se solazaba por algunas de las playas del Caribe. Y, claro, uno se queda con la amarga sensación de que el método de la dirección deportiva no es el más adecuado. Si además de fichar jugadores en el ecuador del campeonato y en el último suspiro del mercado, hay que esperar que se pongan en forma, nos plantamos en febrero cumplido y hasta principios de marzo, jornada 27, para el ciento por cien de su preparación y disposición. ¡Lamentable!
Pero del bajísimo nivel de exigencia que reina en el club, que se extrapola desde sus más altas instancias hasta sus últimos peldaños, ya hemos hablado en muchas ocasiones. Con su pan se lo coman.