Empate útil

Efectivamente no hago quinielas, las hacía pero no acertaba nunca. No iba para profeta ni adivino, tentación que no todo el mundo resiste, así que lo dejé hace mucho. No me arrepiento, ahora que resulta que Costa Rica no era tan mala, ni la selección japonesa tan buena. Si tuviera que apostar diría que ninguna de las dos pasará a octavos de este Mundial, ya que su única posibilidad reside en ganar sus sendas citas ante la decepcionante Alemania y la sorprendente España.

Españoles y germanos firmaron lo que podríamos definir como un empate útil, lo que de por si ya constituye una novedad. Cuatro puntos garantizan la continuidad de los chavales, en su mayoría, de Luis Enrique y la derrota centroamericana sellaría el pasaporte teutón, salvo que Kubo y sus compañeros se la líen a Gavi, Pedri y demás cadetes, lo que no parece probable pese a los primeros espejismos.

Esta extraña, improbable y loca carambola no podría ser y además sería imposible si la Roja, ahora de camiseta y pantalón, hubiera administrado mejor el gol con el que Morata abrió el marcador. Atizó el fuego cuando apenas quedaba brasa y solo un regaló de Sané en la penúltima acción del juego evitó que las tablas se hubieran transformado en una derrota injusta porque, resultado aparte, las sensaciones que deja el líder del grupo son mejores que las del colista. Pero de todo eso a plantear futuros emparejamientos y opciones de título, media no un abismo, sino una verdadera sima submarina.

La virtud suele habitar en el término medio, no en los extremos.