En Son Moix igual que fuera

Sé que voy a nadar contra corriente pero yo no observo esa doble personalidad del Mallorca, salvo por sus resultados obviamente distintos, entre  los partidos de casa y los de fuera. Difiero en la opinión que atribuye al equipo en Son Moix un comportamiento opuesto al que practica lejos de Palma. Para mi son muy parecidos. El equipo siempre sale bastante enchufado para sorprender al contrincante desde el primer momento y, si lo consigue, se repliega hasta con sus once jugadores en campo propio para intentar robar y rematar la faena al contragolpe. Lo que ocurre es que el visitante no presiona ya de la misma manera que el local. No se atreve a tanto y evita grandes riesgos, lo que no hace en funciones de local en las que, por pura necesidad, desespero o exigencia del público, establece un verdadero asedio que los de Vicente Moreno rompen en muy pocas ocasiones.

Así sucedió el pasado viernes en Tenerife. La escuadra de José Luis Oltra, sin nada que perder, se lanzó en tromba sobre el área mallorquinista que, incapaz de reaccionar, devolvía una y otra vez el balón al propietario como si se tratara de un frontón. Igual que en Cádiz y lo mismo que en Zaragoza. A mi el Mallorca me parece siempre el mismo, pero sus rivales no.

Las segundas vueltas siempre son complicadas cuando vas de visita. Salvo algún equipo sin aspiraciones de ascenso ni peligro de descenso, todos apuran las últimas jornadas y aprietan de lo lindo en pos de sus opciones. Pero el Mallorca ha demostrado capacidad para jugar bastante bien al fútbol y no debería caer en la trampa de apostar por otra cosa que, está claro, no le proporciona rédito alguno.