Entre la chicha y la limoná

Además de la renovación de Nastasic, intrascendente, el Mallorca podría anunciar esta semana los fichajes de Toni Lato, 25 años, lateral zurdo, procedente del Valencia y en propiedad y de Omar Mascarell, centrocampista tinerfeño de 30 años del Elche, que firmará por tres temporadas. Nada que objetar, ni nada que celebrar. Cada verano insisto en no juzgar y mucho menos prejuzgar a ningún futbolista antes de haberle visto jugar al menos diez partidos, lo que permite valorar no solo sus condiciones, sino su adaptación al equipo.

El gran reto no es cambiar cromos, ni meter en el corral a las gallinas que entran por las que salen, sino mejorar sustancialmente los recursos que uno tiene. En este caso las pistas no nos la dará un competidor de Jaume Costa o un pivote que cubre la baja de Battaglia pero no la de Galarreta, resucitado por el Mallorca para que lo aproveche el Athletic. La operación más delicada es la de suplir la ausencia de Kang-in Lee, el único futbolista diferencial de la plantilla, goles de Muriqi aparte. Este fichaje es el que dará la verdadera medida del proyecto que vende Andy Kohlberg, nuevo accionista mayoritario y viejo presidente. Naturalmente siempre y cuando no se produzcan más movimientos sísmicos en forma de traspasos que resquebrajen la integridad del vestuario.

La cesión de Leo Román al Real Oviedo parece precipitada en tanto en cuanto no se aclare si Dominic Greif continúa o, tal como ha expresado públicamente, prefiere marcharse. Es lo que tiene la portería, solo cabe uno, pero tiene que haber al menos dos. Pero ni este ni la contratación de un defensa central, sea el cacareado Cesar Montes u otro cualquiera, constituyen el principal problema o la primera preocupación del director de fútbol, Pablo Ortells, cuyos espacios económicos para moverse no serán muy diferentes a los conocidos.