Ganar por obligación

El Mallorca recibirá el sorteo de la lotería de navidad libre de compromisos, ya de vacaciones. El ambiente festivo dependerá de su victoria ante el Gimnástic. Cualquier otro resultado sería decepcionante e incluso sorprendente. No es que los catalanes cuenten con una plantilla exageradamente inferior al resto de sus competidores, pero arrastra un pésimo arranque al punto que su primera victoria fuera de casa se produjo la semana pasada en el campo del Extremadura y hasta la fecha, como visitante, solo ha marcado tres goles frente a los dieciséis encajados.

Lo extraño es que tiene un buen portero,Isaac Becerra, quien defendiera la portería del Girona y el Valladolid y relegado ahora al banquillo por el joven Bernabé. Los veteranos Albetosa y Abraham refuerzan su línea defensiva y en la medular aparecen futbolistas no menos conocidos como el ex mallorquinista Javi Márquez, el ovetense David Rocha o el carrilero de Tosa de Mar, Sebas Coris. Un joven Luis Suarez aporta juventud en un ataque que cuenta con el olfato de Manu Barreiro o la calidad de Manu del Moral. Pero es colista.

Cesado José Antonio Gordillo tras la décima jornada con solo 6 puntos de 30 posibles, la directiva encargó la salvación al veterano Enrique Martín, que lleva 7 de 24, algo mejor pero sin repique de campanas. Hará falta saber hasta qué punto esos tres puntos conquistados en Almendralejo han mejorado la dinámica de este equipo que cumple su tercera temporada consecutiva coqueteando con el descenso y dice el refrán que a la tercera va la vencida.

Vicente Moreno, que tendrá que ver de nuevo el paisaje desde la grada, necesita retocar una de las vértebras de la espina dorsal de su escuadra forzado por la sanción de Raillo. Otra. Eso a la espera de la recuperación de Ariday y la solución del lateral izquierdo, aunque probablemente continúe Joan Sastre. Es un pálpito, no una profecía.

Arbitra el andaluz Figueroa Vázquez, próximo a cumplir 39 años y uno de los cuatro más expertos de Segunda, donde transcurre su séptima temporada. Con el tiempo se ha tranquilizado bastante. No es la primera vez que pita en Son Moix. Eso si, sin escándalos. Esos ya quedan lejos y en otros lares.