Hablan los datos

Todos coincidimos en que la campaña del Mallorca en este primer tercio de liga supera las espectativas, lo que hace más grave la escasa repercusión de sus resultados a la vista de la escasa afluencia de espectadores a Son Moix según se acaba de revelar y ya hemos advertido anteriormente en este blog en varias ocasiones.

Los datos son abrumadoramente claros, el décimo sexto estadio de la categoría en términos absolutos porque si además tuviéramos en cuenta la capacidad de otros recintos, la clasificación por afluencia de público sería aun peor, es decir en posiciones de descenso.

Con estos números en la mano, no se entiende que alguien con un mínimo de sentido común crea que desde el club se están haciendo las cosas bien. Salvo núcleos muy concretos, el desentendimiento de la afición es cada vez mayor, la esencia del mallorquinismo se pierde y la sociedad se distancia de un proyecto surgido de la especulación, en manos de capital ajeno por muy moderno que parezca el negocio.

Si Molango cree que con cuatro reportajes emitidos en la televisión autonómica puede revertir la perspectiva de su gestión, le convendría primero estudiar con detenimiento las audiencias y entender que las redes sociales pueden multiplicar los efectos de una noticia, en efecto, pero tanto sus aspectos positivos, si los tiene, como los negativos, que los hay.

Por supuesto que el fútbol antiguo y el contemporáneo sobrevive bajo el yugo de una dictadura, la de los resultados. Los del Mallorca tendrán que ser todavía mejores para que calen en la sociedad y, sin la menor duda, el camino no pasa por glosar ascensos desde Segunda B, sino el de aspirar a más y mentir menos.