«Hai que roelo»

Esta aventura de formato desigual conocida como la Copa del Rey ha deparado un Pontevedra-Mallorca a las siete de la tarde del miércoles 4 de enero próximo. Un equipo, el gallego, que dio mucha guerra en primera división en los años 60, verdadero matagigantes que, aunque durante apenas dos jornadas, llegó a liderar la clasificación en una de sus temporadas históricas, aunque descendió a Segunda en 1964 y regresó para codearse con la élite entre el 65 y el 70. Alcanzó respetables posiciones séptimo, octavo, décimo……en la vieja competición de solo 16 participantes. Curiosamente descendió con el Mallorca y desde entonces no volvió a levantar cabeza.

Resultados aparte circunscritos a las campañas 1965-66 y le mencionada 1969-70, además de un triunfo mallorquín en Copa, entonces del Generalísimo, los anales de ambos clubs recogen algunas coincidencias. En las filas de ambos formaron futbolistas como el guardameta Cobo, que en el Lluis Sitjar le paró un penalti a Puskas con el resultado de tres costillas rotas del balonazo, o Irulegui, que fue entrenador bajo la presidencia de Miguel Dalmau. Marcel Domingo y Héctor Rial ocuparon igualmente ambos banquillos en distintas épocas. Otro, Martín Esperanza, dirigió al Atlético Baleares.

Aquel Pontevedra fue un rival muy difícil de superar por su competitividad y buen hacer, lo que se dice un auténtico «hueso». De ahí que se hiciera popular un lema en boca de cuantos les tocaba enfrentarse a ellos: «hai que roelo». Y no siempre podían. Un trío defensivo formado por Irulegui, Batalla y Cholo, aun se jugaba con tres zagueros y no con cuatro como ahora, fue de los menos goleados de la categoría, pero además del mencionado Martín Esperanza, con el número «8» en la espalda, algunos de sus compañeros como el número «10» Neme, llegó a vestir la elástica de la Selección.

Los tiempos cambian que es una barbaridad, dice uno de los personajes de «La verbena de la Paloma» y a día de hoy la afición de la provincia gallega debe conducir hasta Vigo para ver partidos de Primera. Aquel «hueso» se debate cerca de los puestos de descenso del Grupo I de la otra primera, la de la RFEF. Una ocasión para recordar.