Igual que hace un mes
No puedo creer que nadie con el mínimo sentido común se vea capaz de sacar conclusiones sobre las necesidades de la plantilla del Mallorca a partir de la media docena de partidos disputados en la pretemporada, incluido el del Ciudad de Palma contra el Bolonia, el de mayor nivel. Dicho de otro modo la configuración es exactamente la misma que hace un mes y, por lo tanto, no cabe llamarse a engaño respecto a lo que falta y lo que sobra.
Desde su refugio mexicano Javier Aguirre le gana una batalla a Pablo Ortells. Se confirma el fiasco del fichaje de Van der Heyden que, junto al nivel básico de Copete, exige la contratación de un defensa central de ciertas garantías, sino dos. Hace 30 días lo sabían igual que ahora y la lentitud, sino inoperancia, de la dirección de fútbol, para reforzar el equipo, no se justifica con el paraguas de la dudosa rebaja del mercado a medida que se agota el plazo para transacciones ni, mucho menos, bajo la evidente política económica de vacas flacas imperante en la SAD.
A una semana del inicio del campeonato de liga, el rebaño no difiere del de la pasada temporada, con un simple cambio de pastor. Han entrado en torno a once millones y solamente ha salido uno y medio. Un relato intrascendente sobre el terreno de juego. La cabeza bicéfala instaurada en plaza por los propietarios, sin conocimiento del fútbol europeo ni español, se muestra más centrada y preocupada en complacer a los dueños que a la parroquia y a los técnicos. Una ecuación de aparente coherencia pero planteada justamente al revés de lo que aconseja la rara experiencia lógica de este negocio, que no es tal sin el necesario equilibrio entre el gasto y la inversión.