Koldo y el Mallorca

La etapa del recientemente fallecido Koldo Aguirre en el Mallorca fue tan efímera que, fuera de la isla, muchos cronistas ni siquiera la han registrado.

Llegó en la temporada 1983-84 después de que Lucien Muller se marchara al Mónaco y Miquel Contestí no lograra convencer a José Luis García Traid para sustituirle. El ex del Athletic se convirtió en el entrenador de una de las mejores plantillas que jamás ha visto el Lluis Sitjar, con esta alineación tipo: Zubeldia o Tirapu, Zuviría, Gallardo, Sabido, Izquierdo, Delgado, Martínez, Juani, Riado, Armstrong y Verón. Por si faltara poco, Mallo era el tercer portero y en la récamara estaban futbolistas como el exbarcelonista Estella, Barrera, Dacosta o un joven Higuera. Aun así tras los once primeros partidos de liga no había ganado un solo partido y fue relevado por Marcel Domingo que, pese a estar cerca, no pudo evitar el descenso. Estuvo a punto, pero a siete jornadas del final una desgraciada actuación del árbitro manchego Sánchez Molina Soto al conceder al Valladolid en Palma un gol de Da Silva ayudado con la mano, equilibró el tanto inicial de Armstrong y provocó una avalancha en la esquina del fondo sur con desprendimiento del murete de contención y la caida de público al foso con varios heridos de pronóstico reservado. El Mallorca ya no ganó ninguno de los seis encuentros restantes.

Koldo, que había tiunfado solo en el Athletic, se volvió a cruzar con el Mallorca en el último partido de liga como entrenador del Logroñés. Allí, en Las Gaunas, el equipo de Serra Ferrer necesitaba ganar para subir a primera división. Antes del encuentro Aguirre había denunciado un intento de soborno del que acusaba a José Luis Muñoz, q.e.p.d, entonces delegado del equipo. Se adelantaron los locales, pero a falta de seis minutos los mallorquines dieron la vuelta al marcador, 1-2, y lograron su objetivo.

Koldo Aguirre no se llevaba especialmente bien con la afición y tampoco con los periodistas. Recuerdo que entrevistado por mi antiguo compañero, el admirado Tomás Monserrat, en el aeropuerto de Vitoria tras haber perdido 4-0 en Pamplona, y en respuesta a una de las preguntas respondió: «si usted ha visto el partido así le recomiendo una visita a Ulloa Optico». Fue cesado cuatro jornadas después.