La rebelión de los defensas
Los defensas del Mallorca en comandita han marcado los mismos goles que cada uno de sus goleadores, cinco. Los dos de Nastasic, Raillo y el de Copete el pasado domingo igualan la pobre cuenta personal de Muriqi y Abdón. No olvidemos el de Gio en el partido de vuelta de semifinales de Copa del Rey, pues con este y uno de Samu, medio defensivo, la retaguardia bate a la artillería. Otro dato, en los tres últimos partidos han marcado los de atrás, Matija en Vitoria, González en el Real Arena y José Manuel Arias ante el Girona.
Uno, que se confiesa escéptico respecto a la casualidad, interpreta que estamos ante un problema importante de delanteros. El kosovar, muy lejos de los 15 goles de la temporada precedente, se emplea más en tareas de contención y apoyo de sus compañeros para recibir y aguantar el balón o las embestidas de sus vigilantes, mientras que el de Artá cumple por encima de sus posibilidades, seguramente como el resto del equipo, y Larin anda muy por debajo de las suyas. O no.
Javier Aguirre, que ha manifstado su ilusión por acabar su carrera en el equipo donde empezó, el América de Ciudad de México, respondió con evasivas a la pregunta sobre la sorprendente ausencia de Nastasic en los dos últimos partidos, apelando a la igualdad de nivel entre los jugadores más allá de una antigua lesión ya superada. Ninguno de los dos habla de su futuro, lógico a estas alturas de la temporada y con todo lo que hay en juego, pero el serbio, repescado a regañadientes debido a la lesión del capitán durante la visita del Athlétic a Palma en la primera vuelta, no parece dispuesto a implorar su renovación ni cuantitativa, ni temporalmente.
Aparcaremos conclusiones para más adelante. La final y los precios acaparan el foco. Inasequibles, por cierto.