Consecuencias de la decepción

A falta del Málaga-Oviedo, la derrota del Mallorca en Tarragona ha causado menos estropicios de los que podría haber ocasionado. Salvo la victoria del Albacete, que aun luchará por la segunda posición con el Granada y ambos se enfrentan la próxima jornada en el Carlos Belmonte, el empate entre el Deportivo y el Cádiz era el mejor resultado posible. Pero ¡ojo! que ha aparecido un invitado inesperado, el Almería que, si gana en Palma el domingo todavía puede meterse en la pomada con un resto de calendario cuyos únicos compromisos teóricamente serios son el de Son Moix y La Mancha, este último en casa y como clausura de la fase regular de la liga.

Los de Vicente Moreno, errado al atribuir a la mala suerte el fiasco ante el Gimnastic, creo que han perdido toda opción de subir directamente y han de centrarse en alcanzar la mejor posición posible para validar el factor campo y la ventaja frente a un empate virtual en las eliminatorias del play off que, en mi opinión, es más difícil perder que mantener. Pero como ya dije en anteriores entradas, todo este inmenso maremágnum no se decidirá hasta el 9 de junio y puede que para entonces ni siquiera el Extremadura las tenga todas consigo, dicho sea para quienes rogaban por la salvación de los extremeños antes de la postrera cita de la competición.

Lo más grave de lo cedido en la Imperial Tarraco no fue lo que se perdió, sino lo que se dejó de ganar.