Llegó la hora de los impostores

Las grandes crisis económicas, sean generales o sectoriales, generan ansiedad, inquietud y graves quebrantos pero en su a veces injusta balanza vacían el fiel de oportunistas, indocumentados, falsarios por los que lamentablemente pagan algunos justos. Pero si en lugar de pasar por alto ciertos comportamientos y ocultáramos la borra bajo las alfombras pasáramos el aspirador a los primeros síntomas, tal vez solo sufrirían los impostores.

Nos toca vivir tiempos convulsos. Fijémonos en el Málaga, muy cerca de su segunda travesía del desierto por no haber aprendido de la primera. No ha sido la única. Históricos como el Real Oviedo, el Sporting de Gijón, Las Palmas o Real Zaragoza mantienen a flote sus naves con la incertidumbre de alcanzar o no la costa o un puerto seguro. Y más atrás el mar aun devuelve los restos de los naufragios sufridos por el Pontevedra, el Burgos, el Racing, el Castellón y otros clubs que conocieron tiempos mejores.

Y nadie está a salvo aunque lo parezca. El Mallorca ya vivió su via crucis a finales de los 70, pero nadie puede garantizar que la historia no se repita. ¡Que nadie se alarme!. Robert Sarver acaba de vender su mansión en Arizona por 19 millones y medio de dólares, le había costado poco más de 2.. No consta que dicha operación haya llegado con el mercado de futbolistas cerrado hasta el 1 de julio. Es broma. Pero no hay chanza alguna en la advertencia si no deja de confiar en advenedizos. Si, algunos aludidos en el primer párrafo y otros en el segundo.