La relación calidad/precio
Podemos estar de acuerdo en que el buen uso del talonario determina la superioridad de unos equipos sobre otros, pero también coincidiremos en que no siempre es así, ni tiene por qué. La desigualdad de presupuestos y límites salariales entre los clubs de primera división españoles aumenta el efecto de esta realidad, aunque se registran sonoros logros y no menos fiascos pese a algunas de estas diferencias.
Si nos basamos en los números autorizados por la LFP después del último mercado de invierno, se dan casos muy meritorios en contraposición a resultados que revelan evidentes defectos de gestión. El más relevante el del Sevilla que, con el cuarto presupuesto más alto de la categoría, ha coqueteado con el descenso, va por su tercer entrenador y anda el el décimo tercer puesto de la tabla. El del Valencia, de noveno en inversión a décimo séptimo clasificado, es el segundo gran tropiezo en lo que llevamos de temporada. El tercero sería el del Espanyol, en grave peligro, con un gasto en plantilla que no se ha reflejado en el terreno de juego.
En sentido contrario encontramos tres ejemplos paradigmáticos, sobre todo el de Osasuna, cuyo límite solo supera al del Mallorca en dos millones de euros y viaja el noveno en la liga, además de flamante finalista de Copa del Rey. Sobresaliente para su entrenador, Arrasate, dirección de fútbol, Braulio y sus jugadores. El salto más grande es el del Girona, el segundo presupuesto más bajo de Primera y siete puntos por encima del furgón de cola. El trío lo completa el Rayo Vallecano, empatado con el Athletic, muy caro en relación a su potencial, en plena pugna por meterse en la Conference League.
En función del coste de su plantilla, el Almería se encuentra en una circunstancia tan inquietante como desequilibrada. Algo le ha fallado. En este sentido, el Mallorca pulula más o menos por donde debe aunque genere más incertezas que seguridad.