Rayo Majadahonda y Mallorca han disputado un duelo más digno de la categoría que abandonaron que de la que ahora ocupan, Con muchos cambios en su plantilla el primero y con muchos menos el segundo, el partido se resume en el gol de Carlos Castro antes del primer cuarto de hora y en las escasas ocasiones fallidas, dos por bando, de las que gozaron los contendientes.
ALINEACIONES.
Rayo. Basilio (1), Galán (0), Verdés (0), Morillas (1), Carcelén (1), Rafa (0), Oscar Valentín (1), Varela (0), Fede (0), Toni Martínez (0) y Aitor García (2).
A los 64 minutos, Enzo (0) por Galán y Jeisson (0) por Toni Martínez. A los 78, Ruibal (-) por Rafa.
Mallorca.- Reina (1), Gámez (1), X.Campos (1), Raillo (1), S.Ruiz (2), Sevilla (1), Pedraza (2), Ariday (1), Lago Jr. (1), Carlos Castro (1) y Abdón (1).
En el minuto 56, Dani Rodríguez (1) por Carlos Castro; en el 72, Alex López (1) por Abdón y en el 86, Pablo Valcarce (-) por Ariday.
ARBITRO:
Abraham Cervantes Dominguez (2), del Comité Andaluz. No le dieron complicaciones, ni se las buscó. Amonestó a Xisco Campos, del Mallorca y a Enzo y Verdés, del Rayo.
GOL:
Minuto 13, Fede pierde un balón ante Pedraza cerca de su área, recibe Abdón que pica sobre Carlos Castro quien, en dos tiempos, sortea a Verdés y bate por alto a Basilio. 0-1
COMENTARIO:
Quienes no aprenden de la historia están condenados a repetirla. Vicente Moreno insistió en la misma alineación de la primera jornada, todos los del año pasado menos Castro, mientras Iriondo hacía poco más o menos lo mismo que entonces pero con solo dos hombres de los que disputaron la final de Segunda B. La mezcla de todo ello derivó en un choque insufrible en la segunda parte y algo más vivo en la primera mitad, mientras el Mallorca buscó el triunfo al tiempo que su anfitrión se conformaba con la posesión de la pelota. Inútilmente, como es fácil deducir.
Fue un compendio, una lección magistral para quienes quieren convencernos de que el control del esférico tiene carácter de dogma en un juego tan variopinto como es el fútbol que admite toda clase de apostasías. Si, los ingenuos, imprecisos y aletargados jugadores locales mantuvieron el balón en sus pies durante el mayor tiempo posible, pero Reina solo aparcó sus vacaciones para ver pasar un tiro lejano de Aitor que botó encima del travesaño y un remate embarullado dentro del área que le exigió reflejos.
Los bermellones, cero goles en contra pero solo dos a favor tras los primeros ciento ochenta minutos de liga, dibujaron la misma perspectiva que una semana antes frente a Osasuna, aunque con menos brillantez. En su haber ofensivo anotamos dos remates a bocajarro de Abdón, al palo, y Ariday, al muñeco, como sus mejores ocasiones para ampliar un marcador que parece demasiado ajustado si uno no ha visto el partido. Sin embargo racaneó más de la cuenta después del descanso y coqueteó con la circunstancia de que en algún lance que los de Majadahonda nunca supieron crear se igualara un marcador casual