Largo y cálido verano
A Javier Aguirre le costaba mucho cambiar su dibujo con 5 defensas y solamente recurría a 4 cuando el partido se ponía ya no difícil, sino imposible. Aunque Arrasate no se muestra tan reacio a utilizar variantes ya no solo durante un encuentro, sino también en función de las características del contrincante, en Osasuna utilizó un 4-4-2 en el 65 por ciento de los 38 partidos de liga.
Sin detenernos a especular con los nombres que circulan por medios y redes sociales, en ningún caso confirmados por el club, si que podemos analizar somera y superficialmente cómo se configura esta plantilla que a lo largo de los tres años en los que el técnico de Berriatúa permanezca en Palma, si todo va bien, precisará renovación y recambios.
El regreso de Leo Román, cedido al Real Oviedo en trance de disputar su regreso a Primera, crea un problema si no se traspasa a Rajkovic o Greif. La titularidad del serbio en el primer partido de la Eurocopa abre las opciones de transferencia, aunque si a Greif no le garantizan partidos ya manifestó que prefiera salir. De consumarse el fichaje del alemán del Borussia, ex del Bayern, Hummels, con casa en Mallorca, se quedarían en plantilla cuatro centrales si Nastasic continúa sin sellar un acuerdo de continuidad. Con Raillo, Valjent, Copete y Van der Heyden la demarcación parece completa.
Más difíciles se presentan las opciones en los laterales y el centro, Pendientes del traspaso de Maffeo, si se concreta, solo permanecen Gio y Lato, uno por banda. La disposición en la medular condiciona, pues con Sergi Darder más a la espalda de los delanteros, este equipo carece de un «5» a la usanza argentina (Engonga, Harold Lozano o el Guille Pereura han sido algunos de ellos), estilo lejano a Samu y Mascarell. Tampoco es la posición más ajustada a Antonio Sánchez o Dani.
Está claro que Ortells tendrá que peinar el mercado, largo entre Eurocopa y JJOO, en busca de interiores, algún extremo, salvo apuesta por Javi Llabrés, y pactar con el nuevo entrenador si se la va a jugar con Larin y Muriqi, con Abdón en la retaguardia, o prefiere algún otro tipo de artillero.
A día de hoy no pinta que alguno de los chavales del filial o el juvenil apunten a dar el salto. El abismo que hay de Segunda B a primera división es demasiado grande, mentalidad aparte, e ilusionar a alguno de sus jóvenes con convocatorias destinadas a alcanzar el cupo para descuentos en los vuelos no conduce a nada. Así que no menos de 5 a 6 refuerzos si se trata, como creemos, de jugar más y sufrir menos.