Lo único importante

Lo importante no es si el Mallorca sale ganando o perdiendo con la comparación entre entradas y salidas, con las dos últimas y sobre el papel baja su potencial. Tampoco es trascendente si Luis García Plaza pedía hombres de banda y le han traido cuatro, pero también pedía un «9» y ni flores. Ni siquiera es grave que cierre el mercado veraniego sin ver prácticamente un euro y haber invertido apenas 1,2 millones. Anécdotas o cortinas de humo al uso para entretenimiento de la parroquia o los alaridos virtuales de voceros sin cuerdas vocales o escribientes de segunda mano con amanuense a bajo sueldo.

Lo más relevante dentro de la opacidad que rodea la travesía de Robert Sarver y sus socios con refugio en Son Moix es la nueva ampliación de capital, ocho millones de euros más, que se suma a las ya efectuadas anteriormente y aproxima el desembolso total, llamémosle coste, de la operación a los sesenta. De haberlo sabido se hubieran quedado en Arizona en lugar de hacerle caso a Maheta Molango cuando les dijo que poner dinero en el Mallorca era un buen negocio.

Créanme, cuando una empresa se ve en la disyuntiva de efectuar nuevos dispendios es porque pierde dinero, sus balances negativos obligan a ello para restablecer si equilibrio económico global  o pretende ampliar el límite salarial que le impone la liga, solo aplicable a clubs de fútbol aunque desgraciadamente me temo que no es el motivo en el caso que nos ocupa.

Puede que lo vendan como una prueba de responsabilidad y mallorquinismo, al que ya le va bien que el circo funcione mientras el dinero lo pongan otros, pero no deja de ser una noticia preocupante porque no hay empresario en el mundo que se abone a ejercicios permanentemente negativos y estos llevan cinco. Y los que quedan si continúan sin tocar bola en el mundillo dentro del cual decidieron meterse.