Mal local contra buen visitante

El Mallorca pierde a Morlanes, titular con Arrasate y suplente para Aguirre, mientras el Villarreal recupera a Terrats, Pepe y Ayoze. Dato poco relevante para quienes creen que, salvo las excepciones firmantes de la regla, lo que importa es el grupo. No es menos cierto que, en medio de una evidente crisis de creatividad, la ausencia de un distribuidor de juego como el medio aragonés preocupa tanto como la previsible reaparición del goleador canario de los locales.

Ambas escuadras convergen en su irregular y contradictoria primera vuelta. Comparten 30 puntos con objetivos diferentes: los insulares mantienen el descenso a distancia y los levantinos intentan reducirla en su camino hacia Europa, aunque la élite les queda lejos. Y la ineficacia de la artillería visitante contrasta con la fragilidad de la defensa del anfitrión.

La Cerámica no ha cerrado bien sus puertas hasta el presente. Aun con el veterano Albiol en el centro de su zaga, el feudo amarillo ha sido el más goleado de la categoría. Ha compensado dicha estadística con números realizadores solamente superados por el Real Madrid, el Atlético, el Athletic y el Barça, los cuatro primeros. Quizás su fortaleza resida en la zona ancha, donde Parejo impone su criterio y Baena, activo en segunda línea de llegada y certero en remates desde fuera del área, activa el motor que, con Santi Comesaña como soporte, acelera por las bandas con Foyth o Kiko Femenía, Pedraza o Sergi Cardona, Akoumach o Yeremi Pino. Ayoze y Barry o Gerard Moreno no abandonan la galería de tiro.

Está por ver si la réplica balear contará con uno o dos delanteros, si Sergi Darder decidirá por fin echarse el equipo a su espalda y Jagoba opta por Asano a Robert Navarro, en decadencia, o tal vez insiste en colocar a Dani Rodríguez en la cola del atacante más adelantado, sea Muriqi o Larin. Con un buen resultado como meta, mejorar la imagen ofrecida en Pontevedra e incluso en la Supercopa, forma parte de la prioridad inmediata.

El silbato será soplado por  Munuera Montero, que viene de dirigir un tormentoso Real Madrid-Celta de Copa. Confundido por Hernández Hernández desde el VAR, ha escrito unas líneas quebradas en una trayectoria interesante y afortunada para el Mallorca (1-2 en Valladolid y 0-1 en Getafe) tanto como para el Villarreal (2-2 en El Sadar). El jienense tendrá la oportunidad de reivindicar sus condiciones.