Manipulación en toda regla

Una cosa es ser o hacerse el tonto y la otra, muy distinta, serlo. No sorprende que varios clubs de Segunda, claramente perjudicados por la decisión de permitir el regreso de público solo a los estadios de determinadas comunidades, sostengan que dicha medida discriminatoria constituye una evidente manipulación del campeonato. El Logroñes se siente en desventaja respecto a otros equipos, en este caso Lugo y Castellón, que pugnan por un mismo objetivo: eludir el descenso. A ellos se une la protesta del Sabadell que clama por una aplicación igualitaria del permiso y la ya conocida del Alcorcón, otro equipo en peligro y ante un partido tan complicado como el que ha de disputar el domingo en Son Moix.

La respuesta de los afectados ha sido más contundente que el tímido comunicado de la Liga, más preocupada y ocupada en firmar la venta de sus derechos audiovisuales en Estados Unidos, donde Disney y ESPN se han hecho con un pastel que perseguía Jaume Roures sin éxito y sentencia desfavorable. Pero la patronal, lejos de imponer el equilibrio entre todos los equipos, al menos aquellos con algo en juego, se ha limitado a pedir una mayor flexibilidad gubernamental aun a sabiendas de que solo restan dos jornadas en Primera y cuatro en Segunda. Para tan corto viaje nadie precisaba alforjas repletas de incoherencia e injusticia deportivas.

Quisiera yo saber qué habría pasado si los interesados hubieran sido el Real Madrid, el Atlético o el Barça. Pero que se lamenten media docena de clubs de segunda división, se las trae al pairo.