Martí y Moreno ya se graduaron

Pep Lluis Martí no fue profeta en su tierra como jugador ni tampoco, por ahora, como entrenador. Eso si, antes de colgar las botas, dejó impronta de su profesionalidad en el equipo de su tierra, pero fue en Sevilla sobre todo y después en Tenerife donde destacó y dejó su sello, al punto de causar una admiración que todavía permanece en la memoria de ambas aficiones.

Ya como entrenador el destino ha querido que tuviera que enfrentarse al Mallorca nada menos que cinco veces, serán siete a partir del domingo, en solo cuatro años de profesión. Su tarjeta es de 3 victorias a favor, 2 como local y una de visitante, con un empate en el Heliodoro Rodríguez y una derrota por la mínima en Palma. Pero que nadie utilices los presentes datos como referencia porque a los efectos de la eliminatoria que viene no reúnen el más mínimo valor.

A pesar de su todavía breve carrera como técnico, ya ha vivido los sinsabores de una liguilla, igual que Vicente Moreno. Ambos la perdieron.

El mallorquín apeó en primera instancia al Cádiz al ganar por 1-0 en Santa Cruz después de perder por el mismo resultado en el Ramón de Carranza. Al obtener mejor clasificación se enfrentó al Getafe en la final, con victoria 1-0 a la ida y derrota, 3-1, en el Coliseum Alfonso Pérez.

El actual preparador mallorquinista lo tuvo peor dos años antes al frente del Gimnastic. Cayó 3-1 en El Sadar y repitió derrota en Tarragona, 2-3. El Osasuna consumó después su ascenso al derrotar al Girona en la final. Para llegar a ello hizo lo mismo que aqui, subir desde Segunda B y acabar en tercera posición en Segunda A. Le ganó al Mallorca allí, 1-0 y empató aqui, 2-2. En la siguiente temporada fue despedido en diciembre y solo se enfrentó a los bermellones en la primera vuelta en la Imperial Tarraco, 2-2.

En fin, que tomen nota los supersticiosos. Absténganse el resto.